Ultimate Integral - Ultimate Spiderman #3: Ultimate Marvel Team-Up Explorando las infinitas posibilidades del universo Ultimate
Artículos relacionados
· Marvel Integral - Iron Man: Extremis
· Marvel Integral: Ojo de Halcón de Matt Fraction y David Aja
· Ultimate Integral - Ultimate X-Men #1: La Gente del Mañana
En muchas ocasiones os hemos contado como a principios de siglo, en Marvel decidieron hacer uso del siempre socorrido multiverso para crear una nueva línea editorial que sirviera de punto de entrada a los lectores de nuevo cuño que, aburridos de encontrarse tres dígitos en el número impreso en la portada de sus cómics (sic), optaban por engancharse a la consola o irse al cine. El experimento se llamaba Universo Ultimate y, en principio, se limitó a presentar las versiones definitivas de Spiderman, los X-Men, los 4 Fantásticos y los Vengadores, rebautizados como Los Ultimates para la ocasión. Además de suponer una clara fuente de inspiración para los siguientes largometrajes de superhéroes, la llegada de las versiones ultimate de personajes de la editorial era una clara oportunidad para que los guionistas hicieran cambios que sin duda habrían molestado a los fans de toda la vida de haberlos realizado sobre las versiones tradicionales de los personajes. Brian Michael Bendis consiguió lo más difícil, que su Spiderman fuera igual de querido que la versión de Stan Lee y Steve Ditko, actualizando el concepto pero no perdiendo la esencia por el camino, algo que ayudaría a que su Ultimate Spiderman fuera la más longeva y popular de cuantas series llegaron con el paso del tiempo.
Era cuestión de tiempo que Marvel se diese cuenta de que el siguiente paso lógico era recuperar la cabecera Team-Up en versión Ultimate. Los más nostálgicos recordarán sin duda esta serie, famosa por mezclar cada mes a Spiderman con los más populares personajes de la editorial, caracterizados por historias cortas, de uno o dos números, que ayudaban a Marvel a que los fans del trepamuros conocieran nuevos personajes de la casa. Lo curioso es que, cuando el proyecto cayó en manos de Bendis, muchos de los personajes de la casa aún no habían aparecido en su versión ultimatizada, lo que dio al guionista una extraordinaria libertad para diseñar y crear a su antojo las versiones definitivas de ciertos héroes. El problema vino cuando en Marvel decidieron que la versión team-up quizás no era de su agrado, creando nuevos orígenes o acercamientos de los que ya había aparecido en esta serie y creando la consiguiente confusión entre los fans.
Polémicas aparte, los dieciséis números de que constó la serie, ahora recogidos en un tomo en tapa dura en formato integral, son un divertimento de primer orden, ya que la decisión de Bendis fue cambiar de registro en cada entrega, haciendo que el título fuera una serie de espías o de artes marciales, dependiendo de quién acompañase a Spidey. El tono desenfadado y la controvertida selección de dibujantes, que cambiaba con cada nuevo personaje, ayudaron a que los detractores de Bendis pusieran el grito en el cielo, reclamando nuevas versiones oficiales que provocaron como decía, que Marvel diera marcha atrás en algunas ocasiones.
La primera entrega unía a Spiderman con Lobezno, dibujados por Matt Wagner, llevándose al mutante de las garras al terreno más juvenil posible. Iron Man y Hulk necesitarían de dos entregas para contar sus encuentros, siendo el más recordado el del Vengador Dorado, ilustrado por Mike Allred, lo que garantizaba un ambiente pop que le iba de maravilla a la colección. Entre mis favoritos, los números que unían a Spiderman con el Castigador y Daredevil, ilustrados por Bill Sienkiewicz, una leyenda de la editorial que rompía así con el tono juvenil que hasta el momento tenía la cabecera. El plantel de dibujantes es tan variopinto como atractivo, formado por nombres como Jim Mahfood, John Totleben, Ted McKeever o Terry Moore, muchos de ellos procedentes del cómic independiente, que colaboraban por vez primera con Marvel. Una prueba irrefutable de que Bendis, rey de la descompresión narrativa, era capaz de moverse con igual soltura cuando se trataba de despachar una historia en 24 o 48 páginas, y de que los límites del Universo Ultimate estaban por definirse.
|
|
|