Marvel Saga #81 – El Asombroso Spiderman #38: El Último Deseo El final de una era
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A estas alturas a nadie le extrañará leer que Dan Slott fue un autor que pasó de ser una “elección perfecta” para el personaje a uno de esos escritores que “no entienden al personaje” durante su larga estancia al frente del destino de Spiderman. Los lectores en su eterna cambiante naturaleza comenzaron a presentar sus decisiones argumentales como absolutas traiciones a la esencia de nuestro querido héroe y, como suele ocurrir en estos casos, las facciones que defendían y condenaban al autor fueron escalando las tensiones hasta hacer que, si eras lector del personaje, debías posicionarte en un lado u otro del espectro para evitar convertirte en un paria repudiado por ambos bandos.
Mucha culpa de esa situación la tiene la historia que ahora nos ocupa y tengo que admitir que, a pesar de lo arriesgado de su planteamiento -o quizás debido a ello-, me cuento entre los lectores que disfrutaron mucho con el giro argumental con el que finaliza este tomo. Peter Parker es uno de los iconos indiscutible del cómic gracias a su heroicidad, nobleza y fuerza moral. Durante años, nadie ha dudado de que es una de las mejores representaciones de lo que significa ser un verdadero héroe y la razón es que Parker refleja lo mejor de todos nosotros y nos invita a superar nuestros miedos y defectos, mientras nos obliga a mirarnos en un espejo que nos permite saber que podemos ser mejores seres humanos si luchamos duramente por conseguirlo.
Por esta razón y esto es muy difícil sin soltar un solo spoiler -sé que hace años que se publicó originariamente esta saga y que muchos lectores ya sabrán lo que ocurre pero, aún así, los que se acerquen por primera vez a esta etapa tienen derecho a ser sorprendidos y maravillados por estas viñetas-, la decisión tomada por Slott de cambiar por completo las reglas del juego y permitirnos ver lo diferente que podría ser nuestro protagonista si esa férrea brújula moral que lo ha guiado desde sus inicios hubiera apuntado en otra dirección, se convierte en un impresionante punto de partida para la nueva etapa del personaje.
Ayudado por el arte de Giuseppe Camuncioli y Humberto Ramos que se han convertido en partes imprescindibles de esta última era de la araña, el guionista nos entrega una saga repleta de giros argumentales, inmensas sorpresas y momentos para el recuerdo que seguirán dando que hablar durante años y que, como siempre debe ocurrir en esta colección, nos hacen preguntarnos qué supone ser Spiderman y, aún más, qué significa ser Peter Parker.
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