Batman: El Guante Negro

Grant Morrison añade nuevas piezas al tablero de juego de su controvertido Batman

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El anuncio de la línea editorial Batman Saga supuso una muy buena noticia para los que, además de leer comics, disfrutan coleccionándolos. Se trata de una apuesta de ECC por recuperar en tomos autoconclusivos en su mayoría las etapas completas de autores que han ayudado a definir a Batman y su entorno, como Scott Snyder o Grant Morrison, del que ahora nos llega un nuevo volumen. En los tomos anteriores fuimos testigos de momentos tan emblemáticos como la aparición de Damian, uno de esos personajes que sabes que han llegado para quedarse ya que es complicado no esbozar una sonrisa cuando lees las chulerías del chaval. Luego vino el regreso de Ra´s Al Ghul, uno de los villanos más representativos del personaje, con una saga que aprovechaba para cohesionar los distintos títulos dedicados a la batfamilia, seguramente para lo que estaba por venir, una saga que, con el sugerente título de Batman R.I.P., iba a poner patas arriba el universo del murciélago y el resto de personajes secundarios.


Pero no adelantemos acontecimientos ya que el tomo que ahora nos llega resultará fundamental para el devenir de la historia, como iremos comprobando página a página. Recordad que una de las características que han hecho de Morrison uno de los guionistas superventas de la actualidad es que se toma su tiempo en desarrollar sus historias, que conforma a base de pequeños arcos argumentales que luego va hilando con maestría, hasta llegar a la conclusión definitiva. Estamos ante uno de esos casos en los que cada episodio da paso al siguiente de forma fluida y natural, y así vamos a ir disfrutando de arcos sucesivos que desemboquen en Batman Inc, una verdadera ingeniería que hay que paladear y disfrutar en cada página.


En El Guante Negro se dan cita dos arcos argumentales bien diferenciados. En primer lugar, la que da nombre al tomo, en la que se recupera el concepto de los hombres murciélago de todas las nacionalidades para rendir homenaje a las historias clásicas del personaje y, sobre todo, su faceta más detectivesca, para resolver un enigma que incluye un asesinato, como si de un relato de Hércules Poirot se tratase. De nuevo, la información con la que juega Morrison es apabullante y casi no hay ninguna página que no incluya referencias o pistas ocultas a los cómics de los años 50 y 60, como el regreso del Club de Héroes o la aparición de pintadas y mensajes en clave, que contienen algún tipo de mensaje cifrado sobre lo que depara al personaje en las próximas entregas. Incluso la aparición de Batmito, hasta el momento un mero acompañamiento bufonesco del personaje al que parodia, resulta aquí casi transcendente y digna de análisis, y es que tendrá mucho que decir en la próxima entrega.


En el apartado artístico se alternan un soberbio J. H. Williams que mediante unos elaborados diseños de página hace aún más enrevesados los misterios imaginados por Morrison para este tomo, con otros dos dibujantes de corte más dinámico y heroico, Tony Daniel y Ryan Benjamin, de los que sin embargo Morrison sabe sacar partido dándoles algunas escenas de acción muy bien resueltas. Se avecinan tiempos de cambio para el Hombre Murciélago y, si quieres disfrutar al máximo estas entregas, no debes perderte ninguna pieza de este complicado puzle orquestado por el inigualable guionista. No te arrepentirás cuando llegues al final del viaje y ates cabos.