Catwoman: Imitadoras

La gata que huyó de Gotham City

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Trabajar con personajes secundarios siempre es más complicado que hacerlo con los personajes principales. Seguro que Superman o Batman tienen alguien dentro de las oficinas de DC encargado de que la aparición de los héroes en multitud de colecciones distintas cada mes no se contradiga de una a otra y, sobre todo, que el lector que acaba de dejar a Batman con un brazo roto en una colección, no se lo encuentre de repente con su lesión milagrosamente curada en la siguiente cabecera que compre. Todo esto viene al caso porque acaba de llegar a las librerías la nueva serie dedicada a Catwoman, escrita y dibujada por la artista Joëlle Jones que, a pesar de la libertad que la editorial le ha otorgado, ha tenido que lidiar con su salida de la serie regular de Batman orquestada actualmente por Tom King.


A menos que hayas vivido debajo de una piedra sabrás, querido lector, que no hace mucho que Batman pasó por el altar o al menos eso es que la mayoría de medios generalistas aseguraban, sin preocuparse ni un segundo por confirmar los datos o contrastar la información. La trama del enlace, iniciada por King casi a su llegada a la serie, se desarrollaba con mucha habilidad por parte del guionista durante la cincuentena de números y, en realidad, la principal cuestión que se resolvía en el número 50 de la serie era si finalmente Selina se casaba o no con Bruce Wayne. Hasta la portada de la primera entrega bromeaba con este tema, con una Selina que advertía a los lectores que debían haber leído el desenlace antes de disfrutar de la nueva serie. Por supuesto que aquí no desvelaremos lo que sucedía en este número, más que nada para que no nos persigan hordas de lectores enfurecidos, pero sí os diremos que las repercusiones serán muchas y que tienen directa relación con la Selina que nos encontramos en esta nueva colección.


Lo primero que consigue Jones con su aproximación al personaje es no perder lo que hasta ahora habían conseguido otros autores. Es muy fácil dejarse llevar al tener un enorme número 1 en la portada y presentar un personaje casi irreconocible si le comparamos con el que conocíamos, y en ese sentido, a pesar de sacar a Catwoman de Gotham y de que la presencia del resto de la batfamilia es casi nula, se reconoce la esencia de Selina y la dualidad de sus actos sigue tan presente como el primer día. También ha querido dejar claro que la familia de nuestra protagonista sigue teniendo un importante papel y, a pesar de la complicada trama, de la que es mejor desvelar poco para aumentar el disfrute, se las arregla para traer de vuelta a la hermana de Selina e integrarla en la historia.


Si Jones sale bien parada como guionista, tampoco podemos poner ningún pero a su arte, que ya conocíamos y que ha mejorado en los últimos trabajos. En sus manos nos encontramos con una Selina grácil y muy dinámica, con escena de acción bien ejecutadas y un gran diseño de los nuevos escenarios donde van a desarrollarse sus aventuras, que como decimos le hacen un favor al cambiar Gotham por una Villa Hermosa llena de interesantes secundarios y de mil y un misterios que imaginamos la autora irá desvelando con el paso de las entregas. También destaca el arte de Fernando Blanco, que aparece en algunas entregas. De momento, nos queda una muy buena sensación tras la lectura del primer tomo y nos quedamos esperando que llegue pronto una nueva entrega de esta prometedora serie.