Marvel Gold - El Increíble Hulk #2: Este Monstruo Desatado

La evolución del personaje se confirma en este volumen

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Todo aquel que tenga ya cierta edad y lleve en estos de los cómics un tiempo, sabrá valorar en su justa medida la encomiable labor que Panini está realizando con su línea editorial dedicada a los tebeos más clásicos de la Casa de las Ideas. Sobre todo por la cantidad de penurias que algunas cabeceras han sufrido a lo largo de los años, la mutilación y remaquetado que algunas páginas sufrieron en su día de la mano de Vértice y sus Pocket de Ases o la más reciente Biblioteca Marvel de Planeta Cómic (un invento maravilloso que recibió muchas críticas completamente injustificadas por parte de los aficionados).

Es entonces cuando aparece material como el contenido en este Marvel Gold - El Increíble Hulk #2: Este Monstruo Desatado, tomo cuyas páginas aparecen a color y al tamaño “correcto” por primera vez en nuestro país. Como para no hacerle fiesta. Unos tebeos cuyo valor histórico resulta incalculable a pesar de contar con todos los “defectos” de aquellos días, unas historias algo simples y repetitivas pero que, no sabríamos decir el porqué, somos muchos los que disfrutamos como enanos con su lectura. A pesar de la evolución que el gigante esmeralda ha exhibido con el paso de los años (listo, tonto, verde, gris, con Banner, sin Banner…), la versión más conocida y reconocible es la que podemos ver aquí, un ser monstruoso y poderoso que, a modo de Doctor Jekyll y Mister Hyde, lo único que quiere es que no le molesten demasiado.


Unas aventuras, las contenidas en este Omnigold, que cuentan ya con la nada despreciable cifra de cincuenta años a sus espaldas, publicados durante una época en la que parece que el personaje iba a encontrar cierta tranquilidad editorial de la mano del guionista Gary Friedrich y la ilustradora Marie Severin. Bien es cierto, tal y como se ha comentado un poco más arriba, el esquema utilizado será algo más que recurrente: el doctor Banner montará en cólera por cualquier motivo, algo que provocará la transformación a un Hulk que tras algún susto y destrozo de mobiliario público, terminará usando su fuerza para erradicar la amenaza de turno, salvando así a los humanos que tanto le temen.


Pero no vayan a pensar que nuestro gigantesco héroe solo se va a ver envuelto en entuertos de andar por casa, para nada. Muchos serán los nombres importantes que van a desfilar por las casi quinientas páginas de las que se componen el grueso volumen. Vayan sentándose en su mejor sillón para disfrutar momentazos junto a Namor, Los Inhumanos, Ka-Zar, los Cuatro Fantásticos o el mismísimo Nick Furia. Un listado de “aliados” que resulta tan espectacular como el de los villanos a enfrentar: El Líder, El Parásito Espacial, El Mandarín, Glob, Rino, Umbu, El Hombre de Arena o alguien tan importante como el General “Trueno” Ross, padre del amorcín de Banner, Betty Ross.


No duraría demasiado la ansiada estabilidad en los créditos de la serie ya que junto a Friedrich y Severin, vendrían otros como Archie Goodwin, Roy Thomas, Bill Everett, Geroge Tuska, Syd Shores o uno de los pesos pesados de la colección, un Herb Trimpe que entregaría la versión definitiva del personaje. Todo ello, junto a la serie televisiva de la CBS, auparon a nuestro Goliath verdoso hasta lo más alto de la popularidad frikoidal de aquellos días, datos que podremos consultar en los innumerables extras que completan un tomo exquisito, repleto de relatos interesantes y diversión sin igual.