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Marvel Saga #84 - Daredevil #23: Tierra de Sombras Comic Digital
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Marvel Saga #84 - Daredevil #23: Tierra de Sombras

La corrupción del héroe

Un artículo de Mario de Olivera - Introducido el 12/08/2019

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Suele ocurrir en más de una ocasión en esto de los cómics que, tras una etapa exitosa en alguna colección, el siguiente autor que se haga cargo de la cabecera se verá con un papelón de grandes proporciones. Su trabajo será examinado con lupa por crítica y, aquí viene lo preocupante, por todos aquellos aficionados que hayan quedado encantados con su predecesor. Dicho y hecho. Corría el año 2009 cuando el guionista Ed Brubaker se despedía por todo lo alto de Daredevil pasando los trastos al británico Andy Diggle, escritor que ya había dejado muy buen sabor de boca con sus trabajos para la Distinguida Competencia. Los Perdedores, Green Arrow: Año Uno o Adam Strange vaticinaban un buen futuro para el cuernecitos.


Desgraciadamente, y debido a injerencias editoriales, el trabajo de Diggle no alcanzó el lustre que se merecía, tanto por ganas como por el planteamiento. Corrían días en los que Marvel en concreto, sus personajes y tramas, se hallaban sumidos en una oscuridad palpable. Norman Osborn se proclamaba “el gallito del corral” y, al frente de sus Vengadores Oscuros, mantenía un Reinado Oscuro que ponía en jaque a buena parte de los superhéroes de la editorial. Hubo ramificaciones en todas las series y, como no podía ser menos, el defensor de la Cocina del Infierno también se vería afectado. Tanto desarrollo como consecuencias se pueden disfrutar en este Marvel Saga #84 - Daredevil #23: Tierra de Sombras, un evento de corta duración pero que cambiaría el status quo del personaje durante algunos meses.


La miniserie en cuestión (cinco entregas alternándose con los números de la colección mensual) nos deja a un Matt Murdock que, tras pasar las pruebas correspondientes, se alza con el control de la peligrosa secta de La Mano. Intentará usarla para impartir justicia a lo largo de Nueva York y erradicar toda forma de delincuencia, tarea nada fácil si atendemos a la clase de gente que lo rodea y a ciertos poderes que terminan por corromper a su portador. Una trama y planteamiento muy interesantes pero que no terminaban de convencer al respetable, sobre todo, la caracterización que sufre el personaje al convertirse en villano. Diggle hacía lo que podía y, apoyándose en el círculo más cercano de Matt (Foggy, Luke Cage, Danny Rand), intentará transmitirnos esa sensación de impotencia que todos ellos sienten al no poder salvar a su amigo de esta incomprensible locura.


Muchos han sido los autores que, de una manera o de otra, han hecho caer al héroe hasta alcanzar sus momentos más bajos (especialmente reseñables son los trabajos de Frank Miller y Brian Michael Bendis), algo que también intenta Diggle pero no termina de alcanzar el nivel de los otros dos por falta de épica y desarrollo. Aún así, y para que nadie se vaya a pensar lo que no es, esta Tierra de Sombras resulta una lectura entretenida con momentos algo disparatados que enriquecen un relato delirante. Suma bastante el hecho de tener como ilustradores de la historia a dos grandes como Billy Tan y Roberto de la Torre, ambos dibujantes nos regalan aquí incontables muestras de su buen hacer a los lápices, haciendo sus estilos más oscuros y sucios de lo que suele ser habitual. Se iría Diggle por la puerta de atrás e irrumpiría un Mark Waid con ganas de devolvernos a Daredevil en su versión más clásica y superheroica, tebeos mucho más coloridos que dejarían atrás la etapa más sombría del personaje. El final ya lo saben: salimos ganando con el cambio.

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