Batman R.I.P.

Cuando la muerte del murciélago es sólo el principio

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Cada vez que me embarco en una nueva etapa de Grant Morrison me pregunto si tendré la paciencia necesaria para llegar hasta donde quiere llevarnos esta vez, y es que cada nuevo proyecto del guionista escocés esconde múltiples sorpresas a las que sólo podemos acceder si nos prestamos al juego, y si tenemos la capacidad de seguir leyendo número a número, a veces sin entender demasiado, pero confiando en su buen hacer. La llegada de Morrison a la colección del Caballero Oscuro vino precedida de la consiguiente expectación y de las primeras declaraciones del autor, que prometía llevar al personaje hasta el límite e incluso matarlo en la saga Batman RIP. Ahora ha llegado el momento de comprobar que no exageraba y descubrir uno de los puntos clave para comprender al Batman de los últimos tiempos.


Tras unos primeros arcos argumentales donde se presentaba a personajes tan trascendentales como Damian Wayne y se recuperaba buena parte de los villanos de décadas pasadas, ya publicados dentro de Batman Saga, llega ahora el momento de la comentadísima Batman R.I.P. En el anterior tomo éramos testigos de la reciente obsesión de Batman por descubrir quienes están detrás de la organización criminal El Guante Negro que, por supuesto, busca acabar con el héroe de una vez por todas. En el camino, el Caballero Oscuro es sometido a una serie de pruebas y son varios los eventos que al parecer se suponen irreversibles en la historia del personaje. El gionista va desenterrando secretos y creando dudas, no sin dejar pistas en su narrativa que serán de utilidad en el futuro.


Ya tenemos delimitado el terreno de juego y los jugadores con los que va a trabajar el escritor escocés. Mientras que el Guante Negro intenta marear a ese niño del callejón que perdió a sus padres como si pudiese dirigir a voluntad sus movimientos, Batman demuestra que es mucho más que eso. Es más que el pequeño que se deleitó con El Zorro y se preparó durante años para luchar contra el crimen. Los simbolismos, en ese sentido, plagan la historia a la hora de definir lo que fue, lo que es y será el personaje. Así que durante la historia, y como no podía ser de otra forma, a tenor del título, Batman muere. Pero, ¿qué ocurre con Bruce Wayne?


La historia pretende dar más de un infarto de miocardio a los lectores, pero muchos de los descubrimientos o sorpresas finalmente se quedan a medio camino. De hecho hay unas cuantas revelaciones que podrían tener consecuencias nefastas, pero parecen haber sido olvidadas. Al menos hasta la fecha. Y es que el verdadero destino del personaje continúa más allá de su muerte, en la saga Extremaunción, también incluida en este tomo, y hasta en una par de entregas de la serie regular de Robin, también incluidos aquí, en los que Fabian Nicieza tomaba el testigo de Morrison para profundizar en las consecuencias que tendría para el Chico Maravilla la muerte de su mentor. Se trata por tanto de una de las ediciones más completas de cuantas han llegado de esta increíble historia, lo que deja claro que la línea Batman Saga está siendo la ocasión perfecta para ponernos al día con la historia reciente del personaje, repleta de buenas historias como ésta.