Liga de la Justicia contra Escuadrón Suicida

Cuando los buenos se enfrentan a otros buenos que antes eran malos

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Los cruces entre colecciones siempre han aportado algo especial a los cómics de superhéroes. Normalmente se trataba de una historia de mayor envergadura que continuaba entre una colección y otra, dándole además de más intensidad, la oportunidad de que personajes que no compartían cabecera se encontrasen y durante unas páginas, fueran protagonistas de la misma historia. Luego vendrían toda clase de variantes sobre este esquema, siendo las más común aquella en la que dos héroes o sus respectivos grupos se encuentran en mitad de un conflicto, se malinterpretan y luchan una contra otro, para luego darse cuanto de que en realidad están en el mismo bando y hasta comparten enemigos comunes, uniéndose al final de la historia y siendo aliados a partir de ese momento.

El caso que nos ocupa es algo más excepcional, sobre todo por el origen de uno de los grupos que participan en la contienda. No hace falta que presentemos a la Liga de la Justicia, el grupo de superhéroes por excelencia en el Universo DC, que cuenta entre sus siempre cambiantes filas con la trinidad deceíta, además de otros pesos pesados como Flash o Green Lantern, aunque eso depende de quien se encargue de los guiones de la serie. Al otro lado del cuadrilátero tenemos al Escuadrón Suicida, o lo que es lo mismo, al equipo liderado por Amanda Waller y formado por conocidos villanos que, a cambio de una reducción en sus condenas y ante el inminente peligro de que Waller les vuele los implantes de sus cabezas, han decidido ayudarle en sus peligrosas misiones.


También tenemos que tener muy en cuenta el momento en el que esta historia se desarrolla. Tras el fin de los Nuevos 52 y la llegada de Renacimiento, corrían buenos tiempos para la Fuerza X, a quien todos los lectores conocían ya por su popular adaptación al cine y también por la popularísima Harley Quinn, que ahora formaba parte de sus filas. Atrás quedaban los tiempos de John Ostrander, recuperados por ECC para gozo de los muchos fans que pedían una reedición de las historias clásicas, con historias en las que las traiciones estaban a la orden del día y el Escuadrón podía pasearse por Oriente Medio sin temor a que alguien se sintiese ofendido y demandase a DC. Este nuevo y remozado Escuadrón permanece aún como un secreto para la sociedad, y hasta para el mismísimo Batman, que una vez descubre su existencia no duda en reunirse con la Liga y hacerles una visita para obligar a Amanda a cerrar el chiringuito. Por suerte, la oportuna aparición de un poderoso enemigo les hará colaborar para hacerle frente, demostrando que los esquemas del pasado siguen estando vigentes.


Joshua Williamson y Rob Williams se encargan de dejar un gran sabor de boca tras la lectura de la saga, tanto a los lectores de toda la vida como a los recién llegados al Universo DC, con una historia vibrante, divertida y repleta de acción y aventuras, que se lee siempre con ganas de pasar la página. Lo mismo podríamos decir del apartado gráfico, con unos Jason Fabok, Howard Porter y Fernando Pasarín que dejan un trabajo fantástico y muy cuidado, dándole a la saga la coherencia necesaria para que el lector no se despiste. Una fantástica oportunidad para conocer los nuevos escenarios del Universo DC de Renacimiento y familiarizarse con el Nuevo Escuadrón Suicida.