El Asombroso Spiderman: Círculo Cerrado

Marvel rinde homenaje a su creación más popular con un experimento creativo

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Este año se cumplen 80 años del nacimiento de Marvel, lo que significa que toca aluvión de proyectos especiales, en los que celebrar todo lo que ha dado de sí la Casa de las Ideas durante estos años. Como no podía ser de otra forma, Panini está publicando poco a poco todos estos proyectos en nuestro país para regocijo de los lectores. Primero vino un recopilatorio esencial como El Mundo al Otro Lado de tu Ventana, en el que recuperar muchas de las historias que nos han tocado el corazón durante estas décadas. Luego llegaría Spiderman: Toda una Vida, un proyecto centrado en el trepamuros, que repasaba con el formato de What If…? todo lo que podían haber dado de sí estas ocho décadas, si hubieran transcurrido en tiempo real. Ahora se vuelven a centrar en nuestro amistoso vecino para presentarnos Círculo Cerrado, una nueva novela gráfica que ha sido creada con motivo del aniversario editorial de una forma como pocas veces se ha visto.


Y es que nada en Círculo Cerrado resulta aburrido o repetitivo para el lector. Se trata de una verdadera fiesta, con un punto de locura, ideal para dejar a un lado prejuicios y continuidades, y disfrutar de este curioso experimento de principio a fin. Para empezar, debemos analizar el punto de partida que dio lugar a un producto tan original como el que nos ocupa. Siete equipos creativos, formados por Jonathan Hickman y Chris Bachalo, Gerry Duggan y Greg Smallwood, Nick Spencer y Michael Allred, Kelly Thompson y Valerio Schiti, Al Ewing y Chris Sprouse, Chip Zdarsky y Rachael Scott, y por último, Jason Aaron y Cameron Stewart, fueron convocados por Marvel con las siguientes reglas de juego: Cada equipo podía contar la historia que quisiera, con total libertad, dejando su capítulo en un gigantesco cliffhanger que el siguiente equipo creativo debía continuar. Además, la historia se cerraría con un capítulo guionizado por Spencer, Duggan y Ewing, y dibujado por Mark Bagley, en el que tratar de poner un poco de orden sobre los siete capítulos precedentes.


El tomo se abre con un soberbio Chris Bachalo dibujando a Spiderman con traje negro, atrapado en una misión suicida en medio del espacio junto a Nick Furia. Acaba de despertar y, como le va a suceder al lector durante todo el tomo, no sabe muy bien que está pasando o que le depara el futuro inmediato. Hickman disemina varias subtramas a lo largo de su capítulo, como la existencia de una superarma o ese misterioso encarcelado que pide ayuda a Spidey, con la esperanza de que sus compañeros las continúen, aunque ya os adelanto que el caos narrativo reinará en las próximas páginas, lo que justifica que alguien tan planificador y compulsivo como Hickman no volviese al final para intentar ordenar todas las piezas de este imposible puzle.


A partir del cliffhanger de este primer capítulo, todo es posible en estas 96 páginas, y creedme cuando digo TODO. Un parque de atracciones dedicado a un hurón, hombres lobo, Spider-Ham, una inusual fiesta de cumpleaños de Tía May, el Alto Evolucionador, un Nulificador Supremo, incluso algún error de continuidad que, de forma inesperada, es arreglado por el siguiente equipo creativo como si todo fuera parte de la trama desde un principio. En el apartado artístico también caben desde los trazos pop de Allred, a autores clásicos como Mark Bagley, o talentos emergentes como Rachael Stott. En definitiva, déjate llevar por esta alucinante e irrpetible historia, y acompaña a Marvel en el más alocado cumpleaños que se recuerda en sus oficinas. No te arrepentirás del viaje.