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Batman: Criatura de la Noche Comic Digital

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Savage Dragon #2

Continúa la recopilación de esta genial serie

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Batman: Criatura de la Noche

Kurt Busiek nos ofrece un “realista” origen para Batman

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 20/06/2020

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Corría el año 2004 cuando Kurt Busiek lanzó Superman: Identidad Secreta, una nueva e inesperada mirada al “origen” de Superman. Enmarcado en el celebrado sello Otros Mundos, la obra permitía al guionista acercarse a los años iniciáticos del Hombre de Acero de una manera libre e introducir elementos realistas en la mezcla. De esta manera, la crónica de la existencia de Clark Kent y la inesperada aparición de poderes sobrehumanos en su vida cotidiana enmarcada en un mundo 100% realista se tornó en una maravillosa sorpresa y en una declaración de amor a los cómics que forjaron el genero superheroico que hoy conocemos.

Por supuesto, la elección de un artista de la talla de Stuart Immonen ayudó a cimentar la fama de la que se ha convertido en una de las lecturas obligatorias para todos aquellos que busquen imprevisibles lentes con las que mirar a los iconos DC. Integrante de un minúsculo grupo de títulos que buscaban ofrecer una pátina de realismo al género superheroico -algo que no parecía destilarse en los primeros años de la década del 2000 y en el que encontramos títulos como …Es un Pájaro-, la propuesta gozó de un increíble éxito de crítica y público y se convirtió en otro acierto de la añorada línea Otros Mundos que ofrecía a los autores libertad creativa para trabajar con los iconos DC sin el peso de la sacrosanta continuidad.


¿Cómo mejoramos esto?


La popularidad del título hizo que la editorial quisiera seguir explotando este rincón del universo DC y pidió a Busiek un proyecto que pusiera este foco realista en otro grande de la casa: el mismísimo Batman. Sin embargo, el destino quiso que la propuesta inicial del escritor no llegara a buen puerto y quedara olvidada durante años en la realidad de los proyectos arrinconados.

Sin embargo, parece que Bruce Wrainwright -que así se llama nuestro protagonista- se negaba a dormir el sueño de los justos y seguía gritando en la mente de Busiek para ver su historia contada al mundo. Tras años de espera y con la ilusión de los fans casi desaparecida para siempre, DC anunció en 2017 su intención de publicar la nueva miniserie aunque ya no estaría enmarcada en el desaparecido Otros Mundos. Ahora, tras un historial de publicación repleto de problemas y retrasos, ECC nos ofrece una edición en tomo del título y por fin podremos contestar a una muy simple pregunta: ¿Ha valido la pena la espera?


La respuesta corta es un directo sí pero, como estamos aquí para realizar valoraciones un poco más elaboradas, os daremos algunas razones más antes de terminar. Los guiones de Busiek se mueven aquí por un terreno algo más enmarcado dentro del terror psicológico para narrarnos la terrible desgracia del citado Wainwright, ávido lector de cómics de Batman con una galopante imaginación, que verá su infancia destrozado tras el asesinato de sus padres en circunstancias muy parecidas a las sufridas por su héroe Bruce Wayne.

A partir de este momento, nuestro protagonista se irá sumergiendo en un mundo tenebroso en el que una representación del Caballero Oscuro irá apoderándose de su mente y guiando sus pasos para convertirse en el justiciero definitivo que pueda traer algo de verdadera justicia y orden al mundo en el que vive. Sin embargo, con cada decisión tomada por Wainwright deberemos preguntarnos si sus visiones de un imponente Batman son ciertas o provienen de una mente que ha decidido dejarse llevar por el delirio.


Busiek juega en todo momento con los elementos de la mitología batmaniana para reinterpretar a los personajes y entornos para otorgarles esa capa de realidad que los lectores esperan. De esta manera, Bruce va tomando sus decisiones en base a las coincidencias que muestran con las viñetas gothamitas e incluso, se rodea de personas que muestran conexiones -sean reales o producto de una atormentada psique- con los secundarios del cómic: su tío Alfred (que realmente se llama Alton Frederick pero que, al sumar las primeras letras de nombre y apellido, puede acortarse como Alfred), una huérfana víctima de la desgracia llamada Robin o el policía Gordon Hoover.

La parte gráfica corre a cargo en esta ocasión del tenebroso John Paul Leon que, alejado de el estilo luminoso y vivo de Immonen, es una elección perfecta para ilustrar los sombríos rincones de la ciudad en la que se desarrolla nuestra historia, aplicando al relato un barniz sombrío que ayuda a ese interés de Busiek por mantener al lector en vilo acerca de la salud mental de nuestro protagonista y el verdadero papel de Batman en el devenir de los acontecimientos de los que somos testigos.

Un nuevo acierto de Busiek que sirve de reverso oscuro a lo narrado en Identidad Secreta y que se convierte en una inesperada mirada al significado, historia y legado del defensor de Gotham City.


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