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Future State: El nuevo paso ¿adelante? de DC

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 30/10/2020
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Hace un año comentábamos aquí los planes de DC Comics para dar una (otra) vuelta de tuerca a la continuidad de su universo superheroico. Una que parecía definitiva pues aspiraba a ordenar en un único segmento toda las historias producidas a lo largo de sus ocho décadas dividiéndolas en cuatro periodos y/o generaciones. Pero también resultaba polémica por su decisión de añadir una quinta generación (5G) donde buena parte de sus principales personajes serían retirados en favor de unos sustitutos que se harían cargo de su identidad.

A lo largo de 2020 comenzaron a gotear pequeñas historias incluidas en números especiales de aniversario (Wonder Woman #750, Flash #750, Detective Comics #1027) que parecían allanar el camino tanto a esta nueva cronología, que se concretaría mediante un evento titulado Generaciones. Sin embargo desfases editoriales (los retrasos en la publicación de El Reloj del Juicio Final y las repercusiones argumentales de su desenlace), imposiciones editoriales ajenas (el parón en la publicación debido a la pandemia del COVID-19) y sobre todo la salida de Dan Didio (principal impulsor del proyecto) como editor jefe de DC dieron al traste con todo ello, obligando a la editorial a replantarse tan ambicioso plan. El resultado, anunciado hace unos días por la editorial con el nombre de Future State, parece haberse quedado a medio camino: no habrá nueva vuelta de tuerca a la continuidad, prometiendo que después del evento todo volverá a la normalidad. Sin embargo durante dos meses todas las series interrumpirán su numeración para dar paso a nuevas cabeceras que trasladarán a los lectores a un hipotético futuro donde varios personajes han sido retirados y/o sustituidos por otros de nueva creación. Todo ello iniciado el próximo Enero a partir de un especial titulado Generations: Shattered.


Divido en tres bloques en torno a Superman, Batman y la Liga de la Justicia, Future State constará de un total de veinticuatro títulos que incluyen números únicos y miniseries de dos y cuatro entregas, siendo algunas de estas antologías con varias historias en cada número. En el momento de escribir estas líneas los detalles del argumento se conocen con cuentagotas, pero a grandes rasgos parece que en ese hipotético futuro Gotham City se ha convertido en una ciudad ocupada por un grupo denominado los Magistrados que, armados con tecnología punta, han convertido el lugar en un estado policial donde todos los enmascarados, héroes y villanos, son proscritos. Batman ha sido dado por muerto y su manto es retomado por el hijo de Lucius Fox mientras Damian Wayne parece haber desaparecido y el resto de la batfamilia tiene que afrontar sus propios problemas. Por su parte Superman ha sido exiliado de la Tierra, aparentemente debido a las maquinaciones de Lex Luthor, y vaga por mundos alienígenas mientras que su rol ha sido retomado por su hijo Jon Kent. Y aunque sigue en activo, Diana Prince debe compartir el título de Wonder Woman con Yara Flor, una amazona surgida de las junglas de Brasil mientras Aquaman parece haber cedido su puesto a una crecida Andy Curry (su recién nacida hija en la continuidad principal). Ambas forman junto a los citados Jon Kent, Luke Fox, la Green Lantern Jo Mulein (recientemente creada para el sello Young Animal) y un nuevo Flash una renovada encarnación de la Liga de la Justicia cuyos integrantes no parecen tener una relación ideal.


Más allá de buscar una mayor diversidad racial y de género entre su reparto (provocando las repetitivas protestas de la minoría ruidosa de siempre que, por supuesto, ni siquiera se ha leído el material en cuestión antes de emitir sentencia), esta nueva hornada de personajes parece rescatar el concepto de legado que se ha convertido en una de las señas de identidad de este universo superheroico y cuyo potencial ha sido explorado en serie como JSA con estupendos resultados. No obstante su lanzamiento como un evento puntual y finito desde su mismo origen recuerda más a una nueva versión de Tangent, aquel experimento concebido por Dan Jurgens a finales de los 90 por el que durante un mes las principales series de la editorial fueron sustituidas por una versión alternativa ambientada en otra continuidad y con sus respectivos personajes titulares reemplazados por otros que usaban su mismo nombre. Una curiosidad que más allá de su fugaz reaparición en algún ocasional proyecto posterior a cargo del propio Jurgens no logró trascendencia alguna y hoy solo parece ser recordado por los lectores más veteranos.


Esa misma dicotomía entre importancia e intrascendencia del proyecto parece repetirse con la selección de autores asignados al mismo. Un conjunto de nombres donde aparecen nuevos y jóvenes talentos como Mariko Tamari, Joelle Jones, Vita Ayala, Gene Lueng Yang, Marguerite Bennett, Brandon Thomas, Brandon Vietti, Tim Sheridan (estos dos últimos procedentes del departamento de animación de DC) o el oscarizado guionista cinematográfico John Ridley. Guionistas que ya han dado muestras de su potencial e ideas frescas para personajes nuevos. Sin embargo se hace difícil ignorar que, con la excepción de Brian Bendis en el especial dedicado a la Legión de Superhéroes, la editorial haya decidido prescindir de algunas de sus actuales primeras espadas –Geoff Johns, Grant Morrison, Tom King, Scott Snyder- para el evento. Un gesto que, si bien no tiene porque incidir en la calidad de las historias, sí le resta lustre de cara al lector dando la idea que ni la propia editorial considera esto un asunto de envergadura.


No es la primera vez que el lector de DC se ve en esta situación. Flashpoint y Convergencia también hicieron un paréntesis dentro del devenir regular de un universo DC que luego continuo su rumbo. Sin embargo ambos eventos aportaron una serie de cambios (la calidad de los mismos ya supone un debate distinto) que incluso supusieron la inclusión en la continuidad oficial de alguna de esas versiones alternativas (el Batman de Thomas Wayne, el Superman original reemplazando al de los Nuevos 52). Cabe pensar que Future State sea entonces una suerte de campo de pruebas con el que la editorial ha decidido probar nuevos elementos de cara a su futura incorporación sin por ello matar la gallina de los huevos de oro que suponen los originales. El resultado dependerá del talento de sus autores así como de la recepción de los lectores… siempre y cuando el cansancio por tanto reseteo y la actual deriva editorial de renumerar series cada pocos meses (sí, Marvel: eso también va por ti) no le pase factura. En todo caso Future State a priori huele a novedad antes que al reciclaje que definió a eventos como los antes citados y eso siempre debería ser motivo de alegría.


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