El Instituto Cervantes recorre la obra de MAX En una muestra representativa que dibuja cuarenta años de profesión
Un artículo de
Redacción
-
Introducido
el 27/02/2012
Frances Capdevila Gisbert, más conocido como MAX, es uno de los dibujantes clave del cómic nacional y es de los pocos dibujantes de la década de los setenta que sigue activo. Y así se demuestra con esta exposición que propone el Instituto Cervantes, vehículo más representativo de la cultura española en el mundo.
Dicha exposición se puede ver en la Sala de Exposiciones del Instituto Cervantes de la calle Alcalá en Madrid y estará disponible hasta el trece de mayo de este año. El horario de visita es de martes a domingo de 11:00 a 20:00 horas.
Desde bien jovencito ya se mezcló en el mundo de los cómics, no sólo uniéndose al grupo El Rollo –donde estaban otros dibujantes como Nazario y Mariscal- en 1973, sino perteneciendo al grupo creativo que fundó la revista El Víbora en 1979. Fue en esta revista donde cuajaron dos de sus personajes más conocidos: Gustavo, narrando sus aventuras Gustavo contra la actividad del radio -recopilado por ediciones La Cúpula en 1982-, y Peter Pank, personaje que toma como referencia al Peter Pan de la franquicia Disney para parodiar a las tribus urbanas de la década de los 80, y que protagonizó tres álbumes, Peter Pank (1984), El Licantropunk (1987) y Pankdinista! (1990) -todos recopilados también por La Cúpula-.
Un artista multifacético
Pero el trabajo del historietista de la Ciudad Condal también tocó otros palos desde 1989 con Mujeres fatales, publicada directamente para el mercado francés, y le permitió realizar otros trabajos por encargo, como La biblioteca de Turpin o Alicia en el País Virtual, y dedicarse a la ilustración y el diseño, siendo su trabajo amplísimo en este campo y abarcando carteles, libros, revistas y discos. Entre los más importantes, hay que destacar la realización de portadas para la revista New Yorker, el diseño de un reloj Swatch y dar vida a la mascota del centenario del Fútbol Club Barcelona.
En los últimos años destacan la creación de la historieta Nosotros somos los muertos, una dura historia ambientada en la guerra de los balcanes y que dio origen a la revista que lleva sus siglas, NSLM, y donde hasta 2007 Max y Pere Joan han editado trabajos de distintos autores nacionales, y su personaje Bardín, cuya historia cuenta en Bardín, el superrealista, y con la cual se ha hecho merecedor del Premio Nacional del Cómic concedido por el Ministerio de Cultura en 2007.
En la muestra llamada Max. Panóptica 1973-2011, la comisaria Marta Sierra rinde homenaje a este artista descomunal. En una colección de 204 obras de la colección privada de MAX, se pueden ver originales que tocan todas las obras compuesta por el autor barcelonés. Un recorrido en el que se muestra desde la osadía de sus primeros dibujos, muy apegados al estilo underground debido a la fortísima influencia de Robert Crumb, sus posteriores influencias de Yves Chaland y Ever Meulen, el logrado con estilo reposado y sobrio influido por la obra Maus, de Art Spiegelman, y su estapa actual, que ha alcanzado con Bardín, y que le sirve para mezclar todo tipo de estilos, temas, estéticas e incluso formatos y soportes.
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