La Atalaya del Vigía - Iron Man de Kurt Busiek: Reforjando la Leyenda Reforjando la Leyenda
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Como parte de su recuperación del periodo Heroes Return, Panini Cómics acaba de reeditar la etapa de Iron Man firmada por Kurt Busiek a finales de la década de los noventa. Una etapa importante por rescatar a su protagonista de una época de decadencia creativa, devolviéndole su esencia mediante un uso creativo de la continuidad, restaurando unas bases argumentales que allanaron sus logros en las dos décadas posteriores.
Aunque el universo Marvel en general no pasaba por un buen momento creativo durante la primera mitad de la década de 1990, el caso del Hombre de Hierro fue sin duda uno de los más representativos del bajo nivel de un cómic de superhéroes mainstream caracterizado por dibujos impactantes, guiones paupérrimos y autores mediocres. La Encrucijada, evento de la época para las series relacionadas con Los Vengadores, revelaba mediante un absurdo giro de guión que Tony Stark había sido durante años un traidor al servicio de Kang el Conquistador. Para añadir más leña al fuego en dicha historia, Stark acababa muriendo y siendo sustituido por una versión adolescente de sí mismo traída del pasado (sic). Y antes de que pudiese dársele un mínimo desarrollo a semejante embolado Iron Man fue incluido en Heroes Reborn, aquel polémico relanzamiento fuera de la continuidad perpetrado por Jim Lee y Rob Liefeld. Todo lo cual dejó al personaje en el que posiblemente sea el punto creativo más bajo de larga su trayectoria.
Ese era el desastroso panorama con el que se encontró Kurt Busiek cuando la editorial le confió una nueva cabecera de Iron Man. Optando por la solución más lógica de cara a no alienar a los nuevos lectores, Busiek decidió hacer tábula rasa y recuperar directamente al Stark adulto con la idea de resolver la situación creada por La Encrucijada en un futuro especial. Despejado de la ecuación dicho problema, el responsable de Marvels pudo relanzar al personaje haciendo gala de su especial talento para contar nuevas historias fuertemente enlazadas con la continuidad más clásica. Un enfoque que Busiek reforzó mediante la publicación en paralelo de La Edad de Hierro, miniserie que repasaba el origen del protagonista a través de los ojos de Pepper Potts y Happy Hogan, dos de los secundarios más clásicos de la serie también recuperados para la nueva etapa.
Tras regresar de su aparente muerte y descubrir que su antigua empresa había sido absorbida por una multinacional japonesa llamada Fujikawa, Tony decide dar un giro a su vida creando Stark Solutions, compañía especializada en problemas logísticos de gobiernos y grandes empresas cuyos ingresos son destinados a la beneficencia. Una excusa con la que Busiek convierte a Tony y su alter ego en protagonista de una serie de intrigas internacionales que, al más puro estilo James Bond, le llevan por todo el planeta. Intrigas que parecen tener su nexo de unión en un misterioso personaje apodado El Mercader de Armas cuya identidad se convertirá en un secreto a descubrir poco a poco durante toda la etapa. Busiek recupera en sus guiones a personajes clásicos de la serie como los citados Pepper y Happy, el traicionero primo Morgan (ahora miembro de Stark-Fujikawa), Máquina de Guerra (cuya armadura, desparecida en la antigua cabecera de este último, cae en manos de un peligroso mercenario) y villanos como El Mandarín, el Controlador, una nueva versión de Tizón o la manipuladora empresaria Sunset Bain. Pero también añade al reparto nuevas incorporaciones como Rumiko Fujikawa, la caprichosa heredera japonesa que se convierte en nueva pareja del protagonista o Carol Danvers (aquí llamada Pájaro de Guerra) a quien Busiek recupera de la serie de Los Vengadores que en ese momento también escribía.
Busiek contó para esta etapa con los dibujos de Sean Chen, un joven talento forjado en la Valiant original y que se consagraría con su trabajo en esta serie, ideal para su habilidad a la hora de dibujar con todo detalle maquinaria y tecnología empezando por la nueva armadura del personaje basada en diseños de Alex Ross. Y aunque quizá pueda argumentarse que la expresividad de sus figuras denota cierta rigidez en los rostros, sus lápices se ajustan como un guante al tono aventurero y plagado de acción de las tramas de Busiek. Características compartidas por Patrik Zircher, dibujante de la ya mentada La Edad de Hierro y sustituto de Chen durante sus ocasionales ausencias mensuales.
Pese a los inevitables cruces con otras series como Los Vengadores (#7), Los 4 Fantásticos (#14) y eventos como El Octavo Día (#22), Busiek consiguió dar a la serie una autonomía propia, mezclando acción e intrigas internacionales con dos grandes tramas dramáticas. Por un lado el descubrimiento de que un fallo en el diseño de la armadura ha provocado un deterioro de la salud de Tony Stark que podría llevarle a su muerte, obligándole a considerar renunciar a su identidad como Iron Man. Por otro los problemas con la bebida de Carol Danvers retrotraen al protagonista a su propio pasado alcohólico, provocando una tirante relación entre ambos cuando Stark se ve incapaz de ayudar a su colega ante su cada vez más evidente problema. Argumentos que se mantuvieron intactos incluso cuando en su segundo año la sobrecarga de trabajo de Busiek (Vengadores, Thunderbolts, Astro City, la maxiserie Vengadores Forever) le obligó a limitarse a esbozar el argumento y delegar la redacción final de los guiones en Roger Stern, otro guionista de corte clásico y nunca suficientemente valorado responsable de algunas de las mejores etapas de Spiderman, Vengadores y Dr. Extraño.
En total sintonía ambos escritores llevaron la etapa hacia su conclusión en el #25 con la recuperación de viejos villanos de la colección como Fin Fang Foom o el gigantesco androide alienígena Ultimo. Los numerosos compromisos de Busiek abortaron los planes a largo plazo que este tenía para la cabecera provocando asimismo un cierre de etapa un tanto agridulce por lo repentino del mismo. El súbito desenlace dejó varios cabos sueltos como la identidad del misterioso Mercader de Armas y su relación con las fugaces apariciones de Madame Máscara (resueltas en el Iron Man Annual 1999) o todo lo referido al retorno del Tony Stark adulto y su yo del pasado, que quedó reducido no al prometido número especial, sino a una fugaz historia corta de dos páginas en Vengadores Annual 2001. Pese a lo anterior, esta etapa del personaje supuso un soplo de aire fresco y un excelente punto de partida para nuevos lectores, recuperando con buen tino numerosos elementos clásicos de la continuidad sin que el peso de esta asfixiase el resultado. Releídos dos décadas después servidor cambiaría sin pensárselo buena parte de la más reciente etapa del Vengador Dorado por algo hecho con el cariño, el oficio y talento de los cómics aquí comentados.
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