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La Atalaya del Vigía - Tortugas Ninja: Nuevos comienzos, viejas virtudes Comic Digital

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La Atalaya del Vigía - Tortugas Ninja: Nuevos comienzos, viejas virtudes

ECC trae de vuelta a los héroes quelonios ochenteros

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 08/12/2020
La Atalaya del Vigía - Tortugas Ninja: Nuevos comienzos, viejas virtudes

La decisión de ECC Ediciones de apostar fuerte por la licencia de las Tortugas Ninja no solo mira al pasado, recuperando la serie clásica creada por Kevin Eastman y Peter Laird que dio origen a una exitosa franquicia multimedia, sino también al presente mediante la nueva serie regular editada por IDW desde 2011. Una serie inédita hasta la fecha en España que aúna la novedad del cómic actual con la esencia original de una obra que hace más de tres décadas se labró un puesto en el panteón de la cultura pop mundial.

Poco después de la venta de los derechos de los personajes por parte de sus creadores al canal televisivo Nickelodeon, la editorial IDW, bien conocida por su tendencia a revivir en viñetas viejas licencias de otros medios, dio origen a una nueva serie regular que hacía borrón y cuenta nueva respecto a anteriores cómics de los personajes, organizados en cuatro volúmenes editados por sus creadores a través de Mirage Studios. Al más puro estilo de la línea Ultimate de Marvel esta nueva cabecera redefinía y actualizaba el origen de los personajes buscando darles un desarrollo más coherente, menos dependiente de los homenajes (hola, Daredevil de Frank Miller) y sin la planificación prácticamente improvisada de la obra original que había empezado como un simple cómic autoeditado sin visos de continuidad.


Por ello Leonardo, Donatello, Raphael y Michelangelo ya no son simples mascotas domésticas que acaban junto a una rata en las alcantarillas y son casualmente expuestas a un compuesto mutante desconocido que les da características humanoides. Esta nueva versión sitúa en cambio su origen en el Japón feudal, convirtiendo tanto a los cuatro protagonistas como a su maestro Splinter en reencarnaciones de un guerrero traicionado y asesinado junto a sus cuatro hijos por el villano Shredder, mientras que su conversión en animales humanoides obedece a un experimento desarrollado por un científico aliado con un grupo de alienígenas junto a su asistente April O´Neil. Este suceso se relaciona a su vez con tramas que incluyen un refundado Clan del Pie convertido en una organización criminal internacional liderada por Shredder (que también es la reencarnación de un antepasado), una raza alienígena que planea conquistar la Tierra, una antigua y misteriosa civilización de animales humanoides y una corporación llamada Null Group interesada en la creación de animales mutantes. Así esta remozada versión toma elementos de todas versiones previas –los cómics originales de Mirage; la serie de animación de los años ochenta; los tebeos de Archie Comics basados en la anterior; la nueva serie de animación producida por Fox a principios de los 2000- para remodelarlos y organizarlos en un todo coherente que pese a su deuda con el pasado funciona con la vista puesta en buscar nuevas historias antes que como una simple repetición de lo contado previamente. Un reboot que no solo recupera a personajes clásicos (a los citados se añaden Casey Jones, Baxter Stockman, Karai, Krang, Bebop y Rocksteady) sino que incluye creaciones de nuevo cuño como la ninja Jennika, el gato Hold Hob o el zorro Alopex.


El nombre clave de todo este “revival” es el de Kevin Eastman, co-creador de los personajes que, tras vender su mitad de los derechos sobre los mismos a su compañero Peter Laird en 2008, regresaba a los personajes en calidad de guionista junto a Tom Waltz y ejerciendo ocasionalmente como dibujante (bocetos y portadas) de varios números. Pese a todos los cambios argumentales, la presencia de Eastman supone la recuperación del tono oscuro y violento de los cómics de Mirage, mucho menos inocente y divertido que el mostrado por las adaptaciones animadas y cinematográficas, incluyendo ocasionalmente temas insólitos en estas como la homosexualidad o el maltrato en su mezcla de acción y ciencia ficción. Asimismo el apartado gráfico también recuerda a la serie primigenia en su trazo tosco y alejado de estéticas luminosas y coloridas, recuperando el sabor “fanzinero” en el mejor sentido del término de la obra original apostando por nuevos talentos gráficos como Dan Duncan, Mateus Santolouco, Andy Kuhn, Freddie E. Williams o Sophie Campbell.


El éxito de la serie, que recientemente ha superado el centenar de entregas, ha animado a IDW a apostar por dar luz a numerosos proyectos en paralelo en forma de miniseries y especiales dedicados a dar mayor relevancia a personajes secundarios –Schredder, Krang, Jennika, Casey Jones, el dúo Bebop & Rocksteady- así como varios crossovers tanto con otras licencias editadas por IDW -Cazafantasmas, Expediente-X, Power Rangers- como con personajes de otras editoriales -Usagi Yojimbo, Batman-. Un torrente de cómics que este 2020 ha culminado con la publicación de The Last Ronin, miniserie ambientada en un futuro distópico a cargo de los propios Eastman y Laird que supone la primera colaboración en décadas de los dos creadores originales. Con esta nueva serie las Tortugas Ninja han demostrado que son mucho más que un recuerdo para nostálgicos, dejando atrás el desgaste de la sobrexplotación propia y ajena que acabó por consumirles a finales de los noventa para recuperar su potencial de antaño en su nuevo regreso a las librerías. Crucemos los dedos para que esta vez sea para quedarse.


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