Marvel Héroes #101 - Los Vengadores: Lazos de Sangre

Marvel celebra el 30 aniversario de Los Vengadores y La Patrulla-X

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Mezclar franquicias siempre es una buena idea o al menos a Marvel siempre le ha funcionado bien. Lo que Panini reúne ahora en un nuevo e imprescindible tomo de Marvel Héroes es uno de esos intentos que las grandes editoriales realizan cada cierto tiempo, con el objetivo de darle un empujoncito a las ventas. Corría el año 1993 y, en pleno nacimiento del sello Image, era el momento de potenciar las ventas de la veterana editorial, que había visto como sus pesos pesados -Jim Lee, Erik Larsen o Rob Liefeld- habían hecho la maleta para probar suerte en el competitivo mercado del cómic, apoyado por portadas holográficas y dientes muy apretados, lo que a comienzos de los años 90 era sinónimo de éxito. En esta ocasión decidieron descansar un poco al infalible Spiderman, enfrascado a su vez en la inquietante Saga del Clon que tanta cola traería, y se centraron en sus dos franquicias más longevas, o lo que es lo mismo, mutantes y vengadores. Así llegaba Lazos de Sangre, que llevaba además el valor añadido de celebrar el trigésimo aniversario de la primera publicación de ambas series, lo que sin duda hacía que los fans más veteranos se pasasen también por las librerías a ver que se estaba cociendo.


Con la siempre cambiante nación de Genosha como telón de fondo, que a su vez actuaba como excusa argumental para enfrentar y unir a ambos grupos de héroes. Además de esto, la saga se basaba sobre todo en las relaciones familiares entre personajes que llevaban mucho tiempo cambiando de equipo, como Mercurio o la Bruja Escarlata, de pasado mutante pero siempre fuertemente vinculado a los Héroes más poderosos de la Tierra, o el enésimo regreso de Magneto, que tendría mucho que decir sobre la actual situación de Crystal, inhumana emparentada con un mutante, lo que complicaba aún más la trama, o la pequeña Luna, hija de Mercurio y Crystal, cuyo secuestro desencadenará toda la saga. Con todos estos elementos en juego, el enfrentamiento entre las distintas facciones está servido, a los que se unirán los acólitos y, sobre todo, la llegada de Éxodo como villano de la saga junto a Magneto.


El tomo incluye también otra gran saga de la época, Terminatrix, que uniría a algunos Vengadores sustitutos, como Thunderstrike, Máquina de Guerra y el USA Agente en una secuela de Ciudadano Kang que a pesar de ser un entretenimiento de primer orden, se publicó como miniserie, y no dentro de la serie principal, lo que provocó que sus protagonistas no sean Thor, Iron Man y el Capitán América. Mark Gruenwald hace aquí un estupendo trabajo, dejándonos una historia con sabor clásico, que nada tiene que envidiar a la original, salvo por el arte de Mike Gustovich, que aunque cumple con corrección con el encargo, deja en el lector la sensación constante de preguntarse qué habría pasado si Kubert o Romita Jr, por citar algunos de los otros artistas del tomo, se hubieran hecho cargo de la historia. Por si fuera poco, el tomo se completa con Éxodo, una historia protagonizada por el Caballero Negro, y Strikefile, que volvía a ahondar en los Kree como fuente de inspiración. En resumen, más de 600 páginas ideales para los fans de Los Vengadores, que demuestran que en Panini siguen pensando en los lectores más completistas, y recuperando historias menos populares pero igualmente entretenidas.