El Poder del Fuego

Entrenando cuerpo, mente y alma para dominar el fuego

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En multitud de ocasiones, y como si de estrellas del pop de tratase, muchos autores de cómic parecen convertirse en víctimas de su propio éxito y nunca volvemos a saber de ellos tras ofrecernos un primer y apabullante superventas. Sin embargo, y demostrando su valía con cada nueva propuesta, este no parece ser el caso de Robert Kirkman. La llegada del sello Skybound a ECC ha servido para recuperar las que sin duda son sus dos mejores creaciones hasta la fecha. Me refiero, por supuesto, a The Walking Dead y a Invincible. Ambas series han superado durante su vida editorial la centena de números, aunque por suerte su creador decidió finalizarlas antes de caer en la repetición o el tedio, y el tiempo libre obtenido tras cerrar estos dos grandes proyectos nos ha traído una nueva tanda de títulos para el guionista, entre los que destaca este El Poder del Fuego que ahora nos llega.


Además de ser uno de los “jefazos” del sello Image y del subsello Skybound, Kirkman está siempre experimentando formatos y nuevas vías para llegar al gran público, y esta nueva serie no iba a ser menos. La llegada del proyecto se realizó sin avisar a las librerías especializadas, que casi preordenaron el título sin saber muy bien qué les iba a llegar, con la consiguiente expectación por parte de los lectores. El truco, que este primer volumen que ahora edita ECC nunca se publicó en formato grapa, sino que servía de preludio y prólogo a la serie regular, que llegaría a continuación, ahora sí en formato grapa, y que se iría recopilando como tomo 2 y sucesivos de la serie. Todo un acierto para Kirkman, que consiguió que los lectores devorasen las primeras 160 páginas de la historia, quedando enganchados a la trama a partir de ese momento. La otra mitad del éxito de la serie, un inspiradísimo Chris Samnee que parece haberse compenetrado a la perfección con el barbudo guionista para diseñar personajes y escenarios.


En las primeras páginas del tomo y casi sin necesidad de bocadillos o textos de apoyo (el soberbio dibujo de Samnee es más que suficiente), conoceremos a Owen Johnson, nuestro protagonista, quien tras mucho esfuerzo y casi dejándose la vida atravesando un paraje nevado, consigue llegar a un escondido templo shaolin, en el que conocerá a su extravagante mentor, a sus nuevos compañeros de entrenamiento y una técnica de ataque que permite a quien consigue dominarla lanzar bolas de fuego a sus enemigos. Aunque la trama pueda parecer copiada de innumerables películas de artes marciales y series de anime, Kirkman consigue, como de costumbre, centrarse en los personajes y diferenciarse así del resto, y el hecho de que la trama realice un gigantesco salto temporal de quince años inesperadamente, dejándonos con ganas de más, son motivos más que suficientes para confirmar que estamos ante la nueva gran serie de Kirkman.