Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
Marvel Must-Have #16 - Los 4 Fantásticos: El Lobo a las Puertas Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Lo esencial en un cómic sucede entre las viñetas" Zeina Abirached (Escritora de El Juego de las Golondrinas)
ID

Marvel Must-Have #16 - Los 4 Fantásticos: El Lobo a las Puertas

Un enfoque realista para la Primera Familia de Marvel

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 06/04/2021

Artículos relacionados

· Marvel Saga #92 - Los 4 Fantásticos de Jonathan Hickman #2: Resuélvelo Todo

· Marvel Gold - Los Cuatro Fantásticos #9

· Marvel Gold - Los Cuatro Fantásticos: La Batalla del Edificio Baxter

Por suerte para los lectores que, como yo, están recuperando muchas historias para su biblioteca aprovechando el formato Marvel Must-Have, Panini no se ha limitado a traernos historias clásicas sobre el origen de sus personajes o grandes sagas de los años 70 y 80, sino que está alternando estas con la publicación de otras más recientes en el tiempo y también productos más arriesgados, que han ayudado a ampliar los límites de la editorial con productos menos convencionales pero igualmente apasionantes para los aficionados. Un ejemplo perfecto de esto lo tenemos en la línea Marvel Knights, un sello con contenido adulto en el que los autores pudieran contar historias con mayor libertad, hogar perfecto para héroes urbanos como Daredevil o El Castigador. Lo que nadie podía imaginar es que una de las series en conseguir cabecera dentro de Marvel Knights fueran Los 4 Fantásticos, niña mimada de la editorial, alejada habitualmente de este tipo de experimentos editoriales.


Bajo el minimalista título de 4, la serie pretendía darle a Míster Fantástico, la Mujer Invisible, la Antorcha Humana y La Cosa ese enfoque más maduro y realista que la editorial nunca se había atrevido a explorar. Desde sus primeras páginas, vamos a ver a sus protagonistas enfrentados a una amenaza más aterradora que Galactus o el Doctor Muerte, y es que como van a descubrir durante el cumpleaños de Franklin Richards, la Primera Familia Marvel está arruinada. Las malas artes de su asesor financiero, unidas al requerimiento de alcalde de Nueva York, que les pide que les ceda el edifico Baxter a la ciudad en compensación por los daños que suelen causar cuando intentan salvarnos de mil y una amenazas, van a provocar que Reed y compañía se encuentren de un día para otros sin recursos, y que tengan que comenzar a buscar nuevos empleos con los que subsistir.


Sue encontrará trabajo de profesora sustituta, con una hilarante forma de mantener a raya a sus indisciplinados alumnos, Ben hará lo propio con la construcción, aunque deberá medir sus fuerzas, si no quiere dejar sin trabajo al resto de sus compañeros de obra, y Reed terminará prestando sus servicios como experto informático en una gran firma de abogados. Parece que Johnny no está listo aún para decidirse entre su carrera como actor o un papel en el nuevo reality show de moda, aunque puede que en su estrecha vinculación al fuego esté la solución. La clave de estas historias es que están escritas poniendo por delante su relación familiar a los poderes, y un ejemplo perfecto lo tenemos en el cuarto número de la serie, el final de la primera saga contenida en el tomo, en el que Reed ayudará a un asustado ciudadano que quiere quitarse la vida. Roberto Aguirre-Sacasa hace aquí un magnífico trabajo, demostrando que además de la capacidad de Míster Fantástico de estirarse a voluntad, está el gran corazón y la empatía que demuestra en estas páginas.

A cargo del dibujo tenemos a Steve McNiven, una elección perfecta para mostrar este lado más humano del cuarteto y que sirve al mismo tiempo para ilustrar la segunda saga, de corte más fantástico y coqueteando con el terror, un género en el que el guionista también se mueve con soltura. Un tomo recomendado por la perspectiva que ofrece de personajes de sobra conocidos por los lectores, que en manos de Aguirre-Sacasa se vuelven casi reales ante nuestros ojos.


contactarEdición impresa