Heroes Return - Los Vengadores #2: Ultrón Ilimitado

Ultrón hace un peligroso regreso ante unos atónitos vengadores

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El primer tomo de esta etapa, comandada por Kurt Busiek y George Pérez sirvió, además de para recuperar un clásico moderno y ponerlo a disposición de una nueva generación de lectores, para devolver a Los Vengadores ese halo clásico que quizás nunca debió perder. No me malinterpretéis. Etapas como la de Brian Michael Bendis sirvieron para modernizar a unos personajes que pedían a gritos una capa nueva de pintura y, si a eso unimos la llegada de los Ultimates, las primeras adaptaciones cinematográficas y un esfuerzo de Marvel por hacer atractivos para los hijos a los héroes de sus padres, el resultado final ha sido, desde entonces, cómics en los que el comomolismo predomina sobre todas las cosas y el formato widescreen y las amenazas más grandes que la propia vida llegan mes tras mes a las páginas de la serie. Esto no es malo de por sí, pero si hace que los fans más veteranos, entre los que sin duda me encuentro, echen de menos ese tono clásico que la serie mantuvo durante décadas, y en esos años incluyo los años ochenta y parte de los noventa, lo cual es decir mucho.


En manos de Busiek, los héroes más poderosos de la Tierra volvían a recuperar su clasicismo habitual, sobre todo gracias a que formaba parte de un proyecto como Heroes Return, una vuelta a los orígenes como pocas dentro de la historia de la editorial, y por eso no es raro volver a ver a Thor hablar con esa fuente tan rara con puntos dentro de la letra O (¡Que coraje me ha dado siempre este recurso, Dios mío!), al grupo de héroes compartiendo espacio en la mansión, o al bueno de Jarvis recuperando sus funciones de mayordomo del equipo. El guionista sabe lo que los lectores necesitaban y por eso no le importa extenderse en ocasiones en los diálogos, o recuperar tramas y villanos con sabor clásico, como es el caso de Ultrón, que robará el protagonismo de la mayor parte de este segundo tomo.


Del mismo modo, Pérez se presentaba como la opción perfecta para encargarse del dibujo de la serie, ya que si alguien puede llevar con orgullo la etiqueta del clasicismo es el bueno de Pérez, en este caso y durante algunos números, ayudado por Jerry Ordway, con quien también comparte estilo e influencias clásicas. Busiek aprovecha estos números para dejar crecer las tramas, como es el caso de la relación entre Visión y la Bruja Escarlata, a los que no les va a venir nada bien la llegada del Hombre Maravilla, aunque a los lectores nos venga de perlas recuperar a este personaje clásico, aunque solo sea por su reencuentro con la Bestia, de nuevo apelando a etapas ya míticas de la colección, en las que los dos personajes formaban un tándem inseparable.

Además de una nueva docena de números de la serie, el tomo incluye el número 0, que además de una fantástica historia, cuenta con el dibujo de Stuart Immonen, debilidad personal de quien esto escribe, que añade aún mas valor a este segundo tomo que ahora llega a las librerías. Una etapa con sabor a pasado que nadie debería perderse ahora que vuelve a estar disponible.