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American Vampire #3 Un músico de jazz y un vampiro en una isla japonesa
American Vampire #3 USA - 2012 Guionista:Scott Snyder Dibujante:Rafael Albuquerque
Editorial:ECC Ediciones -
160 páginas - color
Precio:16,95
De acuerdo… Empezaré aceptándolo. American Vampire se está convirtiendo en una de las mejores lecturas del Vértigo actual. La línea dedicada a lectores adultos de DC ha visto en los últimos meses como algunos de sus títulos más interesantes llegaban o se acercaban peligrosamente a su final. La brutalmente brillante Scalped terminará en unos meses mientras que DMZ y Northlanders ya lo han hecho. Una de las bazas más importantes de los títulos de la línea es también su principal problema: los autores ofrecen colecciones cerradas que no buscan alargar su estancia en las librerías mes tras mes hasta la extenuación, sino ofrecer a los lectores historias de indudable calidad.
Como decía al comienzo, tengo que aceptar que la obra de Scott Snyder se está transformando en uno de los títulos más interesantes de los aparecidos en este sello. Digo esto porque, desgraciadamente, yo fui de esos que no estuvieron plenamente convencidos con el primer volumen de la serie. Quizás se debiera al bombo y platillo con que DC publicitó la serie: un título que redefiniría el género de vampiros y que reinterpretaría el clásico personaje del chupasangre. Realizado al alimón por un autor joven pero muy prometedor y Stephen King. Vamos, ¿cómo podía alguien resistirse? King es el responsable de la mayoría de mis pesadillas de juventud. El Misterio de Salem Lost, It o El Cementerio Viviente son novelas que nunca se borrarán de mi mente gracias a la increíble pluma del escritor de Maine. Sin embargo, esa anticipación jugó en mi contra en el momento de la aparición del título y la sensación que me produjeron esos primeros números fue mucho menos plena de lo que esperaba. Sí, no podía negar que había material con el que trabajar y posibilidades que explorar, pero faltaba algo. O, tal vez, los metrosexuales vampiros crepusculeros habían dado al traste con mi gusto por estas tenebrosas sanguijuelas.
Pero entonces, llegó el segundo tomo y aquello empezó a tomar forma. Snyder empezaba a mostrarnos un tapiz rico en lecturas y la cuidada ambientación de la historia conseguía sumergirte en el depravado ambiente de Las Vegas de los años 30, lugar idóneo para un ser con apetitos tan degenerados como Skinner Sweets. Estaba dispuesto a darle una oportunidad a aquella colección, decisión de la que también puedo culpar al personal e impresionante estilo del dibujante Rafael Albuquerque.
La sospecha de que el islote sirve de refugio a una raza de vampiros, la excepcional ambientación de Snyder y la presencia de Sweets como uno de los villanos de la saga convierten en imprescindible la lectura de este tercer volumen. Además, la odisea de Pearl Jones, la vampira protagonista, está muy lejos de terminar y, si tengo que hacer caso a cómo ha ido evolucionando esta serie, lo mejor está aún por llegar.
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