Batman: El Mundo

La vuelta al mundo en 14 versiones del Hombre Murciélago

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Con el paso del tiempo, los personajes de cómic se van haciendo tan familiares y cercanos, que no es raro que un lector de Murcia y otro de San Francisco conozcan al dedillo las aventuras de su personaje favorito, y compartan sin saberlo perspectivas e intereses, a pesar de lo apartado de sus lugares de residencia y, por tanto, del enfoque con el que han comenzado a acercarse a Batman o Superman. La universalidad de estos personajes que tanto disfrutamos nos permite llegar a experimentos como el que ahora nos ocupa, en el que DC Cómics daba a diversos autores, llegados de todos los rincones del mundo, libertad para dar su particular versión del Hombre Murciélago, que como digo y podrán comprobar los que se acerquen a esta recomendable lectura, no está tan alejada entre unos y otros de lo que podríamos pensar en un principio.

Así, a medio camino entre la antología y el experimento editorial, el tomo recoge catorce historias, llevadas a cabo por equipos creativos de distintas nacionalidades, que tan solo comparten tener a Batman como personaje central, y un cariño nada disimulado por el personaje, algo que transpira cada página de este tomo, sin importar la nacionalidad de quien la firme. El tomo se abre, como puede resultar lógico, con la historia firmada por autores estadounidenses, y es que además de por ser el país en el que nació el personaje, es donde resulta más popular e identificable. Brian Azzarello firma Ciudad Global, un breve relato que analiza lo que significa Batman y que tiene en el arte del siempre impresionante Lee Bermejo motivos más que suficientes para llevarse el tomo a casa.


A continuación llega el turno de Thierry Martin, que nos deja una simpática historia en la que comparten protagonismo Batman y Catwoman, que tiene, como no podía ser de otro modo al tratarse de Francia, el Museo del Louvre como escenario natural. También muy acertada en su tono y super comentada en los medios de comunicación es Cerrado por Vacaciones, o lo que es lo mismo, la aportación española al tomo. Si la portada de Batman subido al toro de Osborne no era suficiente para captar la atención del lector, la historia de Paco Roca rebosa simpatía en todas sus viñetas, al comprobar como Batman decide tomarse unas merecidas vacaciones y, siguiendo el consejo de Alfred, decide desconectar unos días en Benidorm.


Entre el resto, destacar Un Mañana Mejor, la aportación alemana al tomo, que además de una sólida historia con el Joker, tiene en su inesperado arte una de sus mejores bazas. Mi Batman es una pequeña sorpresa, ya que el autor decide aparcar las típicas historias de acción para utilizar recuerdos de su infancia y contarnos lo que significa para él el personaje. Funeral nos traslada a México para dejarnos un relato más oscuro de lo esperado, pero ilustrado con maestría. Batman Desencadenado pone fin al tomo, con una historia manga (no podía ser menos en el relato dedicado a Japón) que juega al despiste entre la realidad y la ficción. En resumen, un tomo muy recomendable, que saca al personaje de los entornos habituales, no solo para hacerle viajar, sino para ampliar la visión que del Hombre Murciélago podamos tener después de años y años de lectura ininterrumpida de sus aventuras.