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Flash: Porvenir ECC publica en tomo la miniserie de Scott Lobdell
AVISO: Éste artículo contiene posibles spoilers. En él se revelan aspectos argumentales que el lector podría preferir descubir por sí mismo.
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Desde mis primeras lecturas a finales de los años 80, la identidad bajo la máscara de Flash siempre ha sido Wally West. Ilustrado en la mayor parte de los números que editaba Zinco por Greg Larocque, durante muchos años llegué a asumir que el único velocista era él. Luego vino el regreso de Barry Allen, que prácticamente eliminaba al bueno de Wally del panorama comiquero, y con Flashpoint esta desaparición fue literal, desvaneciéndose de la continuidad deceita y dejando a los lectores huérfanos de sus aventuras. El renacimiento de DC supuso el regreso de muchos personajes “olvidados”, pero no fue hasta que Tom King y su controvertida Héroes en Crisis llegase a las estanterías, cuando vimos que esta vez íbamos a tener Wally West para una temporada.
El principal problema que tuvo su regreso, es que King decidió convertirlo en el villano en las páginas finales de la miniserie, algo que no sentó nada bien a sus fans, que habían esperado años a su retorno, para descubrirlo ahora como el enemigo a batir. En cualquier caso, quedaba claro que su regreso no iba a quedar allí, y que se faltaba por explicar todo lo que le pasaba a continuación al personaje. El veterano Scott Lobdell será el encargado de contarnos lo que sucede en una miniserie de 6 entregas, que ECC ya publicó en formato grapa en tres números dobles, y que ahora nos llega en tapa dura para alegría de los coleccionistas.
En las primeras páginas del tomo, Lobdell nos presenta a Tempus Fuginaut, una especie de vigilante de la continuidad temporal del Multiverso, que necesitará de la ayuda de Wally para detener el lado oscuro de la realidad multiversal y conseguir que siga reinando el tan necesario equilibrio. Para conseguir llevar a cabo esta tarea, Wally deberá utilizar su velocidad, que le permite ir saltando entre las Tierras del Multiverso, para codearse con un Superman que es presidente de Estados Unidos en su realidad, una versión de la Liga de la Justicia formada por versiones vampíricas de nuestros héroes, y alguna que otra sorpresiva versión de los personajes que conocemos. Al dibujo tenemos a Brett Booth, un artista al que tenía perdida la pista desde sus proyectos noventeros para Image, que demuestra seguir en plena forma, regalándonos multitud de splash pages en los que lucir su estilizado diseño de personajes.
El final de la saga nos llevará a la más reciente actualidad de DC, entroncando con uno de los más recientes eventos y, de paso, ayudando a redefinir a Wally y hacia donde se dirigirán sus aventuras en los años venideros. Todo un acierto recuperar al que considero el Flash más carismáticos, que consigue aquí la esperada redención con los lectores.
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