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Nightwing: Año Uno Robin se gradúa a héroe completo
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No parece arriesgado comenzar esta reseña dejando claro que DC siente un cariño especial por todas aquellas historias enmarcadas bajo el epígrafe Año Uno. Son muchos los personajes de su catálogo superheroico que han visto sus orígenes narrados en propuestas con este subtítulo y, en casi la práctica totalidad de las propuestas, el resultado ha sido muy gratificantes para los lectores. Ya sea la Liga de la Justicia, Green Arrow, Batgirl, Wonder Woman, Superman o, por supuesto, Batman, los aficionados han podido disfrutar de lecturas que ahondaban en las razones, momentos o desgracias que han llevado a nuestros protagonistas a convertirse en los héroes que adoramos.
Por supuesto, un personaje con un bagaje tan interesante y rico como Dick Grayson debía contar con un proyecto de este tipo y ofrecer a los lectores la oportunidad de sumergirse en un momento de crecimiento argumental tan importante como su paso de Robin a Nightwing. Los guinoistas Chuck Dixon y Scott Beatty -responsables a su vez de otro acierto de esta línea centrado en Batgirl- hacen un trabajo sobresaliente integrando elementos de las diferentes continuidades DC -añadiendo incluso apuntes de Batman: La Serie Animada a la mezcla- a esta saga y consiguiendo mostrarnos a un Dick Grayson tridimensional que necesita escapar de la sombra de su mentor y convertirse en un héroe por méritos propios.
La historia comienza cuando la relación entre nuestros protagonistas se encuentra en horas bajas, con Batman intentando mantener el control pero continuamente retado por un Robin que necesita encontrar su camino en solitario. Los guionistas manejan a la perfección esa ira contenida de Grayson ante la sobreprotección y dudas de su mentor y analizan en profundidad esa necesidad básica del ser humano de alcanzar las metas soñadas gracias al esfuerzo propio, lejos de aquellas figuras que, aunque a menudo bienintencionadas, pueden intentar frenar nuestros impulsos por miedo a que salgamos heridos de alguna manera.
El dinámico arte de Scott McDaniel es una elección perfecta gracias a sus arriesgadas composiciones con un toque clásico perfectas para una propuesta de este tipo. El dibujante ilustra perfectamente esta saga repleta de cameos y estrellas invitadas, otro guiño de los autores a las muy diferentes personalidades de Batman y Nightwing. Mientras el Caballero Oscuro ha practicado la consecución de relaciones basadas en sus necesidades y posibilidades de uso, Grayson es un personaje cuya personalidad abierta y afable le ha llevado a granjearse amistades allá donde va.
En resumen, una gran historia que ningún fan gothamita debería dejar pasar.
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