Superman contra el Klan Un primerizo Hombre de Acero se enfrenta al racismo más radical
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Basándose en un serial radiofónico del año 1946 en el que el Hombre de Acero se enfrentaba durante 16 episodios al Ku Klux Klan, Gene Luen Yang se encarga del guión de este Superman contra el Klan, una historia en tres entregas que ahora nos trae la línea Kodomo de ECC Ediciones en un solo tomo. Dado que, como se encarga de explicar el autor en Superman y Yo, el interesante epílogo del tomo, Yang tiene ascendencia china, se trata de una historia que le afecta de manera especial ya que, a pesar de haber nacido en Estados Unidos, supo desde joven lo que era enfrentarse al odio y la desconfianza de sus compañeros de clase por el simple hecho de ser de otra raza.
Nuestros protagonistas son Roberta y Tommy Lee, dos hermanos que acaban de llegar a Metrópolis, procedentes de Chinatown, y tratan de encajar en la gran ciudad, en la que se están produciendo ataques racistas provocados por el Klan de la Kruz Ígnea, una suerte de Ku Klux Klan que tiene aterrorizados a los vecinos. Por otro lado, veremos como el joven Clark Kent comparte espacio en el Daily Planet con un jovencísimo Jimmy Olsen y la intrépida Lois Lane, quienes resultarán fundamentales en el devenir de la trama como aliados de Superman. La acción transcurre en el año 1946, por lo que no nos extrañará ver a Superman dando grandes saltos por encima de los edificios, pero no volar, y llevar a cabo grandes proezas, pero no utilizar muchos de los poderes a los que hoy estamos acostumbrados. Con gran acierto, el guionista incluye estos hechos dentro de la trama, por un lado, como un héroe que aún desconoce su origen y que atribuye a los extraterrestres sus poderes, algo que descubrirá conforme avance la historia y que le acerca a los jóvenes protagonistas al tratarse también de personas de otra procedencia.
En segundo lugar, la falta de poderes como el vuelo quedará perfectamente explicada al final del tomo, al tiempo que se integra de forma perfecta en su conclusión. También juega aquí Yang con el hecho de que Superman sea referente y ejemplo a seguir para muchos de los personajes, tanto de Roberta y su hermano, como de Chuck, sobrino de uno de los jefes del Klan, que no se explica cómo Superman puede estar en contra de ellos y ser, al mismo tiempo, el ejemplo perfecto del supremacismo blanco.
Del dibujo se encarga Gurihiru, nombre artístico de la pareja formada por Chifuyu Sasaki como dibujante, y Naoko Kawano como colorista, quienes con un estilo sencillo y muy colorido se encargan de trasladarnos al final de los años 40 y de darle a Superman la grandiosidad necesaria, la mayor parte de las veces mediante el uso de splash pages que apoyan la llegada de nuestro héroe a salvar el día. Una obra aparentemente sencilla, pero que esconde en su interior el análisis de una época pasada con, desgraciadamente, muchos puntos en común con el mundo actual polarizado y en el que empieza a ser necesario frenar esas corrientes racistas, homófobas y fascistas que tanto odio están sembrando en nuestra sociedad.
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