Marvel Must-Have - Hulk: Futuro Imperfecto

Sometidos bajo el control del Maestro

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Es innegable que el guionista Peter David firmó en los años 90 una de las etapas más sobresalientes del personaje, que sabía combinar con acierto la acción, la introspección de los personajes y hasta el humor, en una cabecera que durante muchos años era compra imprescindible para todos los fans. Dentro de esta longeva y muy recomendable estancia en la colección, que Panini ha comenzado a recuperar en tomos dentro de la línea Marvel Héroes, llegaban dos especiales en formato prestigio que cambiarían el futuro del personaje, y que nos brindaban una oportunidad perfecta para probar qué era lo que nos ofrecía David en la serie regular, sin necesidad de tener que seguir la serie mensual. Así, como si de un menú degustación se tratase, nos llega dentro de la línea Marvel Must-Have un tomo que recoge los dos especiales de Futuro Imperfecto, junto con el especial The End, también escrito por David, que suponen un punto de entrada perfecto a la colección.

El tomo comienza con Futuro Imperfecto, una historia publicada de forma paralela a la serie regular, que nos abría la puerta a una de esas historias distópicas que tanto gusta a los lectores, y al propio escritor, que no dudaba en bautizar la ciudad resultante de la devastación nuclear que se nos plantea como “Distopía”. En este nuevo enclave, la sociedad sobrevive a duras penas, perdidos entre Guerras Mundiales mientras se protege de la radiación mediante un escudo que cubre la ciudad. Pronto conoceremos a un misterioso personaje que parece saberlo todo sobre los viejos tiempos, sobre los héroes que nos protegían hace noventa años, y que pasa sus días rodeado de memorabilia de los que en su día fueron compañeros de aventuras, y que hoy le han dejado solo en este sombrío futuro. Este viejo no es otro que Rick Jones, compañero de aventuras de Hulk y de otros héroes de la editorial, que debe hacer frente al opresivo control que El Maestro ejerce sobre toda la sociedad.


Como último recurso, y haciendo uso de una de las máquinas del tiempo del Doctor Muerte, logra traer al Hulk de nuestro presente a la ciudad de Distopía, convencido de que pude hacer frente al Maestro, con quien tiene más puntos en común de lo que puede imaginar el Goliat verde. A los lápices tenemos a un soberbio George Pérez, que demuestra que sigue teniendo un don a la hora de plasmar multitudes, como demuestra la impresionante doble página que abre el tomo, y que nos sitúa en la nueva ciudad, o aquella en la que muestra todos los artefactos conservados por Rick, ideal para pasar una lluviosa tarde tratando de identificarlos todos. El tomo se completa con Hulk: El Fin, una historia ilustrada por Dale Keown, uno de los artistas que se hizo cargo de los primeros números de la serie regular junto a David, y que aquí nos cuentan un relato en el que Hulk es el único superviviente de una sociedad postapocalíptica, con la única compañía de un robot que graba en vídeo sus mensajes, y rodeado de unas peligrosas criaturas que tratan de darle caza. Dos relatos diferentes para un personaje con infinitas posibilidades, firmados por uno de los autores más interesantes, que ahora nos llega en una estupenda edición, ideal para los recién llegados a Hulk.