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Batman: Victoria Oscura (DC Pocket Max) El Largo Halloween continúa en formato bolsillo
Si tuviéramos que hacer un listado con las lecturas obligatorias para todo fan del Hombre Murciélago, tendríamos que incluir forzosamente ese whodunnit gothamita urdido por el inigualable tándem creativo formado por Jeph Loeb y Tim Sale llamado El Largo Halloween. Este relato fantásticamente estructurado ofreció a los fans de Batman un misterio inigualable durante el año de su publicación original y, aunque esconde algunas de esas trampas argumentales que acompañan siempre a Loeb, supuso una nueva muestra de las posibilidades noir que esconden las calles de Gotham City.
Por supuesto, DC no dudó ni un segundo en contar de nuevo con estos autores para realizar una secuela directa de este éxito y ampliar la mitología que el guionista había creado para ese primer misterio de asesinato. De esta manera, Loeb continúa algunas de las tramas presentadas en Halloween, sumergiéndonos en las consecuencias para el mundo criminal gothamita tras los asesinatos de El Festivo.
Desgraciadamente, cuando un nuevo psicópata comience a asesinar policías en fechas señaladas usando una siniestra versión del Juego del Ahorcado, Batman deberá volver a evaluar sus investigaciones del anterior crimen para intentar frenar la violencia que asola su ciudad. Además, la desaparición de Harvey Dent -ahora transformado en Dos Caras- y la huida de decenas de criminales de su galería de villanos tras un ataque al Asilo Arkham hará que la mente de nuestro protagonista tenga que enfrentarse a muchos más misterios que nunca antes en su corta carrera como justiciero enmascarado.
Sale vuelve a lucir esa capacidad única para jugar con las luces y las sombras, entregándonos una Gotham City con dos caras bien diferenciadas que nunca dudará en destrozar a cualquier despistado visitante. Una ciudad siniestra y mágica que alberga los peores criminales de la historia del cómic.
Una obra imprescindible que ahora nos llega en un formato perfecto para que nos acompañe donde quiera que vayamos.
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