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Kingdom Come (Grandes Novelas Gráficas de DC) Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Creía que tras siete temporadas de Expediente X, el hombre moderno gozaría de cierto sano escepticismo." Rush / The Authority #32
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Kingdom Come (Grandes Novelas Gráficas de DC)

“Y vi a los siete ángeles que estaban frente a dios…”

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 23/01/2024

En muchas ocasiones os he hablado de mi fascinación por las historias alternativas con las que a menudo nos obsequian algunos autores, en las que nuestros personajes favoritos pasan por situaciones distintas a las que conocemos, cambiando pequeños detalles aquí y allí, para conseguir nuevos relatos en los que todo es posible. Creo que esa es precisamente la razón de que me gusten tanto. Tanto da que en la portada lleven impresa la leyenda Otros Mundos, Tierra Uno o similares. La clave es que, en este caso, y para la historia que vamos a leer a continuación, cualquier cosa imaginada por los guionistas es permitida, y la vamos a leer sin que la pesada carga de la continuidad nos arruine un buen rato de lectura. Cuando digo que todo está permitido, no solo me refiero a acabar con la vida de algún personaje, o que las cosas transcurriesen de forma diferente a como las conocemos, como sucedía por ejemplo en El Clavo, sino que los personajes van a llevar a cabo actos impensables, como los que Superman realiza en las páginas de Kingdom Come.

Antes de continuar, dejar claro que este comic, que ahora edita ECC dentro de su indispensable línea Grandes Novelas Gráficas de DC, es uno de mis cómics favoritos de todos los tiempos, y que en mi casa se acumulan multitud de copias, en diferentes formatos y tamaños, de esta obra maestra, por lo que no sé si voy a ser muy objetivo con una historia que me ha marcado desde la primera lectura.

Corría el año 1993, y el mundo del cómic no pasaba por su mejor momento, habiendo llegado a cansar al lector con portadas con brillos, héroes aguerridos y una preocupante falta de buenas historias, que hacían que muchos se planteasen sustituir sus lecturas comiqueras mensuales por otros hobbies más entretenidos. De hecho, quien esto escribe decidió dejar de comprar cómics durante una buena temporada, siendo Kingdom Come una de las últimas obras que adquirí, en su edición original en formato prestigio, formada por cuatro entregas. Pero como suele decirse, esa es una historia para otro momento. El caso es que la llegada de la miniserie supuso un soplo de aire fresco para los cansados pulmones de los lectores, que veían de esta manera cómo aún llegaban buenas historias a las librerías, y que aún podía salvarse este sector.


Kingdom Come está protagonizada por Norman McCay, un pastor protestante que va a ser testigo de los últimos instantes de vida de Wesley Dodds, el antiguo Sandman, de quien va a heredar su capacidad para tener visiones del futuro. A continuación recibirá la visita del Espectro, a quien acompañará para descubrir si las profecías que vaticinan el fin de los tiempos van a cumplirse, o aún están a tiempo de detenerlas. A través de los ojos de Norman, los lectores conenzaremos a conocer más cosas de este mundo, radicalmente distinto al nuestro, y es que la clave de la historia, y lo que la enmarca como una historia de Otros Mundos, es que transcurre en una realidad muy distinta a la que conocemos, en el que ya no existe La Liga de la Justicia, y donde se han multiplicado los metahumanos, algo que en teoría debería haber ayudado a la sociedad, pero que ha terminado por sumirla en el caos, ya que la sociedad ha terminado por aceptar a los nuevos héroes, que carecen sin embargo de los principios de los héroes de antaño, lo que ha provocado que Superman permanezca retirado como si de un granjero se tratase. La llegada de una nueva amenaza, muy relacionada con las visiones de Norman, provocará que Superman se replantee su autoimpuesto exilio, y decida volver a la acción.

El culpable a partes iguales del éxito de la serie es el artista Alex Ross, quien con su estilo realista consigue darle al magnífico relato de Mark Waid la solemnidad requerida, y es que aunque el guionista describe con facilidad al Superman protagonista, vencido por la sociedad a la que ha jurado proteger, que ha decidido darle la espalda, es sólo cuando le vemos ilustrado por Ross cuando el personaje queda completo. Una historia sublime, contada como si del Libro del Apocalipsis se tratase, y con uno de los mejores trabajos realizado por Alex Ross, que vuelve a estar disponible en las librerías en una nueva edición, y que debe formar parte de cualquier comicoteca, junto a otras obras maestras como Watchmen, Sandman o La Broma Asesina.


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