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Punchline: El Juego de Gotham Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Cuando besos y caricias se tornan motivo de inquietud, lo mejor es guardarlos en los bolsillos hasta topar mejor momento en el que devolverlos a la luz." Cuaderno de Tormentas
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Punchline: El Juego de Gotham

El nuevo azote de Gotham toma el protagonismo

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 27/01/2024

Hay una verdad inescapable en el mundo del cómic que asegura que cualquier villano que alcance una determinada cantidad de popularidad y repercusión mediática, pasará automáticamente a la categoría de anti-héroe y, si las ventas acompañan, irá perdiendo sus capacidades delictivas y psicopáticas hasta convertirse en una versión descafeinada de aquello que le dio la fama en un primer momento.

Si echamos la vista atrás encontramos múltiples momentos que afianzan este primer pensamiento. Haciendo un repaso rápido encontramos a personajes como Pícara, Magneto -con varias versiones propias en la lista-, La Bruja Escarlata y, por supuesto, Veneno y Harley Quinn. En el primer caso, el alienígena que llegó a vestir a Spiderman literalmente pasó de ser un ser aterrador que devoraba infelices sin ningún miramiento al llamado Protector Letal, papel en el que sólo se enfrentaba a villanos que hacían daño a otros pobres desgraciados y cuyos apetitos se vieron bastante decimados.

El segundo caso es aún más flagrante ya que, gracias a la enorme popularidad de la otrora pareja del temible Joker, Quinn se vio arrastrada a una vorágine de series limitadas y apariciones especiales que fueron arrebatándole cada uno de sus criminales hábitos y moldeándola para convertirse en una heroína en el más puro sentido del término. Los autores mantuvieron algo de esa mente caprichosa y salvaje que la había llevado a cometer barbaries, pero siempre pasada por el filtro de un personaje que ahora sólo quería hacer el bien y castigar a los “malos”. Resumiendo, negando los orígenes del personaje bajo capas de relanzamientos, retrocontinuidad y un continuo reforzamiento de lo que odiaba al Joker.


Pero como suele ocurrir también, el hueco dejado por Harley debía ser rellenado con algo que asegurara que las ruedas editoriales siguieran girando y ahí es donde entre Punchline. Creada por James Tynion IV y nuestro adorado Jorge Jiménez en las páginas de Batman, Alexis Kaye era una estudiante universitaria que, en la mejor tradición y parecido con Quinn, desarrolló una obsesión con el Payaso del Crimen y sus delirantes métodos delictivos tras un cruento encuentro con él. A partir de ese momento, Kaye comenzó un proceso de transformación y locura que la llevaría a tomar la personalidad de Punchline, mente criminal demente y aspirante a pareja sentimental del temible Joker.

Por supuesto, la villana alcanzó la fama instantáneamente gracias al atrayente diseño visual de Jiménez y a su personalidad claramente creada para apelar a las preocupaciones e inquietudes de los lectores del sector más joven y radical del universo DC. De esta manera, Punchline se convirtió en asidua de la franquicia goithamita y recibió un par, de momento, de series limitadas que fueran ampliando su historia y construyendo su futuro como integrante de la galería villanesca de Batman.

ECC presenta ahora la miniserie El Juego de Gotham en un único volumen que sigue ampliando las posibilidades del personaje y ofreciéndonos una versión “remasterizada” de Harley Quinn. Tini y Blake Howard nos ofrecen un relato en el que la villana desarrolla un plan para hacerse con el control del tráfico de drogas en Gotham gracias a una nueva sustancia llamada XO, decisión que la pondrá en el radar de Batman y, sobre todo, Catwoman. Dinámicamente ilustrada por Gleb Melnikov, Max Raynor y Will Robson, la miniserie es pura adrenalina con impresionantes escenas de acción, numerosas apariciones especiales y, como podemos esperar, una protagonista imprevisible que definitivamente está muy lejos de esa redención ofrecida a los personajes que abrían esta reseña.


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