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La Boda de Superman Lo que un dios ha unido...
La Boda de Superman Estados Unidos - 1997 Guionista:Varios Dibujante:Varios
Editorial:Planeta de Agostini -
224 páginas - color
Precio:16,95
Clark Kent (Superman) y Lois Lane se aman, pero distintas desavenencias provocan su ruptura. La astuta periodista viaja hasta Bhutran para encontrar respuestas y las encuentra, al igual que Clark en Metrópolis: Ambos están destinados a estar juntos y su enlace es inminente.
Es éste el acontecimiento social del siglo XX: una boda de dioses que se sienten como humanos para humanos que se sienten como dioses. Porque el enlace entre Superman y Lois Lane es un evento del que todos se sienten parte activa. Como también lo hizo el mundo entero cuando se casó Diana de Inglaterra o, más recientemente, cuando se vio en las pantallas de todo el orbe a Obama bailando con su perfecta Michelle.
Son momentos inmortales que quedan registrados en la retina de cada lector, que cambian por completo la concepción de un personaje al que llevan meses o años venerando. En este caso un semi-dios que demuestra que el sobrenombre de Hombre de Acero sólo adquiere sentido por su exterior. Por dentro le carcomen las dudas, la moral y sus principios. Y como cualquier hijo de vecino, serán sus amigos, los que resuelvan sus dilemas -Wonder Woman- y le escuchen cuando más lo necesita -Batman-.
Y lo que otras mujeres tomarían como la oportunidad de su vida, Lois lo ve como un punto de inflexión en el que es indispensable reflexionar. ¿Quién no querría casarse con el hombre perfecto por antonomasia? Cualquiera, pero no a cualquier precio. Su espíritu indomable de periodista le impide convertirse en la mera Sra. De Superman. Así que serán varios los asuntos a resolver durante un cómic cargado de emoción, drama, varios momentos cómicos y algo de acción. Muchos de los más reconocidos artistas del momento (Michelin, Stern, Simonson, Immonen, Byrne, Kane...) se juntaron para convertirse en padrinos de este enlace. Y si bien esta historia no será recordada por su brillantez argumental, la cuidadísima edición de Planeta “obliga” a comprarlo y colocarlo en la estantería. Eso, y que el acontecimiento bien lo vale.
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