Gotham City: Año Uno (Grandes Novelas Gráficas DC) Esta no es la Gotham City que conocíamos
De un tiempo a esta parte, Tom King se ha convertido en una apuesta segura en mis compras mensuales. Tanto da el personaje que el ex agente de la CIA haya elegido para su nuevo proyecto, o las características del mismo, que se trate de un proyecto fuera de continuidad o dentro de la misma, la certeza de que nos vamos a encontrar con una lectura indispensable es absoluta en cualquier caso, y por eso cada vez que encuentro su nombre en un nuevo tomo que aterriza en mi librería favorita, lo cojo y lo pongo entre las compras de la semana sin mayores dudas. El motivo, que el popular guionista ha sabido continuar éxitos de sabor independientes, como El Sheriff de Babilonia, con una longeva etapa para Batman, que se saldó con el beneplácito de crítica y público, y una colección de maxiseries que han demostrado que no hay personajes pequeños, sino guionistas incapaces de sacar una buena historia de ellos. Por suerte para los lectores, King no pertenece a este grupo de escritores, y como ejemplo, basta echarle un vistazo a Míster Milagro, Strange Adventures o Blanco Humano, tres obras maestras que nos han llegado recientemente.
Ahora le toca el turno a Gotham City: Año Uno, un proyecto que había logrado pasar casi desapercibido para quien esto escribe, pero que ha llamado poderosamente mi atención con la espectacular portada que ha recibido para su nueva edición, de la mano de ECC Ediciones. Como siempre, las apuestas eran arriesgadas, pero King logra traernos otra lectura indispensable, que sabe aprovechar el escenario de la ciudad, y una leve relación de los protagonistas con las aventuras actuales del Hombre Murciélago, para ofrecernos un noir de muchísima calidad, digno heredero de cualquier serie firmada por Ed Brubaker, que te atrapa desde su primera página, gracias a Slam Bradley, su estupendo protagonista, y que sabe hilar temas muy dispares como el racismo, la violencia doméstica o la corrupción policial, para tejer un impresionante tapiz.
Centrada en los antepasados de la familia Wayne, Richard y Connie son los abuelos de Bruce Wayne, la serie se centra en la desaparición de Helena Wayne, el bebé de la familia, en cuya búsqueda se verá envuelto Bradley cuando acepte el encargo de dejar una carta en la mansión Wayne, una sencilla tarea que le traerá desagradables consecuencias. Como buen ejemplo de novela negra que es, lo mejor es no conocer demasiado de su trama, y dejarse sorprender por los muchos giros que la investigación de Bradley encontrará. Uno de los principales peros que me ponía a la serie, era el dibujo de Phil Hester, ya que lo consideraba demasiado sencillo para este tipo de historias. Nada más lejos de la realidad. Hester realiza un magnífico trabajo, con un estupendo uso del color y de las sombras, que se convierte en una de las claves de este comic, absolutamente recomendable.
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