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Batman: Asilo Arkham (Grandes Novelas Gráficas de Batman) Comic Digital
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"¿Por qué nos cuesta tanto imaginar lo inimaginable?" Tony Stark, Invincible Iron Man #2
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Batman: Asilo Arkham (Grandes Novelas Gráficas de Batman)

Psicoanalizando a los villanos clásicos del Hombre Murciélago

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 01/05/2024

En el año 1989 quien esto escribe contaba con trece años de edad y, para entonces, ya estaba enganchado sin remedio a este sano vicio de la lectura comiquera. Fiel a mis novedades mensuales de Zinco, la lectura del popular checklist que la editorial publicaba cada mes en la parte final de sus cómics suponía casi una lista de la compra con la que tarde o temprano había que hacerse. En general, las historias de Batman o Superman que se publicaban por aquel entonces seguían gozando de esa encantadora ingenuidad que hoy parecen haber perdido muchas de las colecciones. Sin embargo, una de las novedades que llegaban ese mes me dejaba un tanto perplejo. Firmado por Grant Morrison e ilustrado por Dave McKean, dos auténticos desconocidos para mí por aquel entonces, se trataba de una obra autoconclusiva, lo que luego se popularizaría como novela gráfica, que llegaba en tapa dura, y que encima costaba algo más de dos mil pesetas, una auténtica fortuna para mí. La llegada del tomo a mi quiosco habitual tampoco me sirvió de mucha ayuda, ya que el tomo venía pulcramente sellado en plástico transparente, lo que me impedía poder echar un vistazo a su interior, y de paso, añadía aún más ganas de llevármelo a casa.

Por supuesto, el tomo terminó formando parte de mi colección, y aún lo conservo en su edición original de Ediciones Zinco, junto a incontables ediciones en multitud de idiomas, claro síntoma de que se trata de una de mis obras favoritas de todos los tiempos, que releo cada cierto tiempo para asegurarme de que no ha perdido un ápice de genialidad con el paso de los años. Asilo Arkham nos llega ahora de nuevo de la mano de ECC en una edición dentro de su línea Grandes Novelas Gráficas de Batman, ideal para disfrutar del arte de Dave McKean, y acompañada de interesantes extras. Una auténtica delicia que todo lector debería tener en su biblioteca.


En Asilo Arkham, Batman recibe una llamada del Joker desde el popular manicomio durante un 1 de abril, festividad de los santos inocentes para los americanos, para informarle de que junto al resto de villanos han logrado tomar el control, y solo acceden a liberar a los rehenes si el Hombre Murciélago decide ocupar su lugar dentro de los muros de Arkham, ya que creen que es donde realmente pertenece. Una vez que Batman cruza la puerta que da al manicomio, y tras una escena tan sublime como aquella en la que el Joker amenaza a una de las trabajadoras con un lápiz muy afilado, comienza el verdadero relato, y durante las páginas del tomo, Batman tratará de escapar de los muros de Arkham, enfrentándose al resto de villanos de su peculiar galería, y en la mayor parte de los casos deconstruyéndoles para poder vencerles. Morrison demuestra un conocimiento soberbio de los personajes en este sentido, como cuando nos demuestra lo que ha conseguido la terapia con Dos Caras, a quien al ampliarle el abanico de posibilidades sobre las dos iniciales han dejado incapaz de decidir siquiera si puede ir al baño.

De forma paralela, Morrison nos cuenta la historia de Amadeus Arkham, directamente de los diarios encontrados tras su muerte, para conocer cómo ha ido sucumbiendo a la locura tras los atroces hechos que tienen lugar con su familia. Aunque el guión de Morrison es siempre sobresaliente, y como prueba os propongo la lectura del mismo de forma independiente, lo cierto es que no puedo imaginar esta obra sin el arte del portadista de Sandman. Dave McKean consigue transmitir el ambiente malsano propuesto por Morrison desde la primera página, y si Asilo Arkham es la obra maestra del cómic que considero, es gracias a la unión de ambos creadores. Una propuesta distinta, malsana, brillante e impactante como pocas, que ahora vuelve a estar disponible en un formato ideal para perderse en sus páginas una y otra vez, demostrando que, tal y como me sucedió tras mi primera lectura, existe un antes y un después de Asilo Arkham.


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