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Reinado de X #1 Nuevo cruce mutante
En el vasto universo Marvel, los crossovers suelen ser estrellas fugaces que brillan con intensidad para desvanecerse sin dejar rastro... salvo algunas excepciones notables. Este comienzo tan poético se debe a que X de Espadas se erige como uno de esos raros fenómenos cósmicos que ofrecen a los lectores un experiencia rica e importante dentro de la franquicia mutante. Tras este evento, no sólo hemos perdido a Apocalipsis, quien ha decidido desaparecer de Krakoa, sino que también se ha añadido una nueva isla a este archipiélago mutante, y se ha creado un trasfondo que promete ecos futuros en la saga que nos ocupa.
La saga de Krakoa, hasta ahora, ha sido una epopeya sobre conquistas: los mutantes no sólo han superado la muerte, sino que han consolidado su soberanía territorial y su identidad como especie. Pero ¿qué ocurre cuando ya no queda nada por conquistar en la Tierra? Aquí entra en juego la renovada agencia S.W.O.R.D. bajo el férreo control de Abigail Brand, explorando el cosmos como la siguiente frontera, una operación estratégica que destaca la naturaleza progresiva de estos relatos y sus repercusiones galácticas.
Jonathan Hickman, conocido como Cabeza de X en la etapa actual de la franquicia, utiliza el último número de X-Men para plantear dilemas cruciales post-X de Espadas. La cuestión más apremiante es el destino de Arakko, separada de Krakoa y evolucionada de forma divergente. Hickman no solo agrega capas de complejidad política como la necesidad de reformar el Consejo Silencioso, sino que también nos hace pensar en la democracia, o la falta de ella, en la isla.
En otro frente, Leah Williams y David Baldeón revitalizan a Factor-X con intrigas que son tanto macabras como cruciales. La resurrección se ha convertido en moneda corriente en Krakoa, pero ¿cuánto puede uno jugar con la vida y la muerte antes de que pierda su significado? La serie tantea estos dilemas éticos mientras reintroduce a personajes olvidados, como Danza del Viento, ofreciendo una narrativa que es a la vez fresca y consistente con el pasado mutante.
Por su parte, Los Infernales de Zeb Wells cierra este volumen con una nota igualmente inquietante, explorando las resurrecciones y sus repercusiones personales. A través de los destinos de Nanny y Chico Salvaje, Wells nos lleva a un viaje que no sólo es emocional sino también revelador, ofreciendo pinceladas sobre el origen de algunos personajes y cómo estos se entrelazan con eventos mayores dentro del canon mutante.
En resumen, este tomo inicial de Reinado de X quizás no sea el chute de adrenalina que algunos esperaban después del torbellino que fue X de Espadas, pero sin duda establece un tablero de juego intrigante para futuras entregas. Aunque el ritmo pueda parecer lento, está claro que Hickman y compañía están tejiendo una narrativa que, pieza a pieza, promete continuar remodelando el universo mutante de formas inesperadamente profundas y emocionantes.
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