La Cosa del Pantano: Hermanos y otras historias ECC recupera historias cortas de Neil Gaiman
No cabe duda de que el escritor Neil Gaiman es uno de los autores más populares, y que en el mundo del cómic, gracias a su inolvidable The Sandman, ha cambiado para siempre la forma de entender el noveno arte, siendo una de las obras que mas influencia ha tenido entre los lectores. Antes de su debut, en el ya lejano año 1989, el escritor se hizo cargo de diversos proyectos, que llegaban en forma de historias cortas, de breve extensión pero enorme impacto, que ya fueron recopiladas en el tomo Días de Medianoche, y que ahora ECC ha decidido reunir en un pequeño tomo en tapa dura, que recoge algunas de estas historias, y que tienen a la Cosa del Pantano como protagonista absoluto.
El tomo se abre con Jack el Verde, una historia de La Cosa del Pantano en la que es imposible no recordar la brillante etapa de Alan Moore en la serie, y es que Gaiman nos cuenta como nuestro verde protagonista acompaña a un viejo amigo durante sus últimas y agónicas horas de vida, y cómo decide tras su muerte viajar por el mundo intentando ayudar a las incontables vidas que la Peste Negra se está cobrando día tras día. El guionista aprovecha para dejar claro que el personaje es prácticamente eterno, y de paso, recorrer lugares y momentos que sin duda tienen un significado especial para él.
A continuación, se presenta Hermanos, un extrañísimo relato que mezcla política y muñecos de trapo, y en la que el elemental no aparece, aunque sí lo hacen muchos de sus secundarios, que disfrutan en estas páginas de sus quince minutos de fama. Una historia extraña pero fascinante, que sin duda te atrapa desde la primera viñeta, y te deja preguntándote, al haberse publicado dentro de uno de los anuales de la serie, qué habría sido de la serie regular del personaje de haberse quedado Gaiman como guionista, gozando del espacio suficiente para desarrollar personajes e historias, como pudo hacer con Sandman.
El tomo se cierra con Chistes Verdes, una historia protagonizada por el Hombre Florónico y la Cosa del Pantano, y dibujada por un primerizo pero muy eficaz Mike Mignola, en la que se prescinde de toda presencia humana parta contarnos un relato intimista y cercano. Especialmente recomendables son los textos introductorios del propio Gaiman, en los que nos cuenta el origen de estas historias, su devenir editorial, y en algunos casos, como llegaron a plasmarse en papel, y si casi se quedaron por el camino, escondidas para siempre en un cajón. Un tomo ideal para los fans de Gaiman que merece un puesto de honor en nuestra tebeoteca.
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