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Marvel Omnibus - Spiderman Noir: La Colección Completa Spiderman se nos pasa al pulp
Panini se marca con Marvel Omnibus: Spiderman Noir: La Colección Completa una perfecta recopilación que encapsula todo lo que hace especial a esta oscura variante del trepamuros nacida bajo el sello Marvel Noir. En un volumen que abarca las dos miniseries originales y una serie de historias adicionales relacionadas con eventos arácnidos como Spider-Verse y Spidergeddon, nos lanzamos de cabeza a un universo alternativo de Peter Parker, ambientado en la turbulenta Nueva York de los años 30. Aquí, Spiderman no es el superhéroe típico que conocemos, sino un héroe forjado en las sombras del cine negro y el pulp, donde la lucha contra el crimen se tiñe de matices más grises y oscuros.
El origen de este Spiderman hay que buscarlo en la primera década del siglo XXI, con una Marvel que ya había experimentado con reinterpretaciones de sus personajes clásicos, llevándolos a nuevos contextos históricos o estilísticos. Sin embargo, fue esta línea la que propuso un enfoque más radical, mezclando el espíritu de la novela negra con las aventuras heroicas. Esta nueva mirada a la mitología de Peter Parker como un justiciero en una ciudad dominada por la corrupción política y el crimen organizado es obra del dúo creativo compuesto por David Hine y Fabrice Sapolsky, quienes fueron capaces de aportar una perspectiva fresca a un personaje que, tras cientos de números en su serie principal, podía parecer cercano a agotar sus posibilidades narrativas.
El primer arco argumental nos sitúa en 1933, donde un joven Peter se enfrenta a un entorno marcado por la desesperanza. Aquí, la clásica figura de Norman Osborn se transforma en un despiadado señor del crimen, mientras que personajes icónicos como Tía May, Ben Urich o J. Jonah Jameson adquieren roles más alineados con los clichés del género negro. Lejos de ser una simple transposición de la mitología del Hombre Araña al ambiente noir, la narrativa explora nuevas dinámicas. La clásica moralidad clara de Peter Parker se ve teñida de grises, reflejando un mundo donde el bien y el mal no son absolutos.
La segunda miniserie retoma los eventos de la primera, pero amplía su enfoque al tratar temas sociales más profundos, como la lucha de clases y la opresión política. El enfrentamiento de Peter con el Doctor Octopus no es solo una batalla entre el bien y el mal, sino un choque de ideologías en un mundo al borde del caos. En este sentido, la serie no solo homenajea las historias pulp que la inspiran, sino que también utiliza la ficción para lanzar críticas a problemáticas reales que resonaban tanto en la época que refleja como en la actualidad.
El trabajo visual de Carmine di Giandomenico en la primera parte de la saga es crucial para el éxito del tono del conjunto. Sus viñetas, cargadas de sombras y contraste, capturan perfectamente la atmósfera opresiva de la ciudad y los callejones oscuros por los que se mueve este Spiderman. Más tarde, en la nueva etapa de la serie, el testigo lo recoge Juan Ferreyra, quien con su estilo dinámico y detallado logra mantener la coherencia estética mientras introduce un aire más aventurero y cinematográfico, recordando a cintas clásicas como La Sombra o En Busca del Arca Perdida.
En cuanto a las historias adicionales, como Edge of Spider-Verse y las apariciones de Spiderman Noir en Spidergeddon, estas funcionan más como complementos que enriquecen la historia del personaje que como un añadido importante a las tramas y motivos del personaje. Si bien no alcanzan el nivel de las miniseries originales, permiten al lector explorar otras facetas de este Parker alternativo, así como su interacción con otras versiones del arácnido en eventos multiversales. Aquí, Spiderman Noir brilla por su carácter distintivo, destacándose incluso cuando comparte protagonismo con otros héroes.
Esta obra no solo es una oportunidad para revisitar una de las versiones más originales del Hombre Araña, sino también un recordatorio del poder que tiene el género negro y el pulp para revitalizar a personajes clásicos. Con una narrativa rica en matices y un arte que sabe capturar la esencia del cine de los años 30, su lectura es imprescindible tanto para los fans del trepamuros como para aquellos que buscan una historia que trascienda los límites del cómic de superhéroes tradicional.
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