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Marvel Premiere – El Asombroso Spiderman #18: Guerra Siniestra, Parte 2 Llega el fin
Nick Spencer finaliza su ambiciosa etapa en The Amazing Spider-Man tras una travesía de más de 70 números, para tristeza de algunos y alegría de muchos. Una labor nada sencilla, considerando que llegó con el peso de suceder al icónico Dan Slott, y al mismo tiempo, con el desafío de limpiar la compleja herencia narrativa del trepamuros. El enfoque de Spencer fue, desde un inicio, tratar de devolver al personaje su esencia más icónica, combinando tramas llenas de humor y desenfado con esos toques de telenovela que tanto gustan a los seguidores. Sin embargo, también intentó adentrarse en terrenos oscuros, como al presentar su propia versión de La Última Cacería de Kraven, sumergiendo a Peter en un ambiente macabro y opresivo a través del enigmático Pariente.
Esta figura siniestra se convirtió en el núcleo narrativo de la etapa de Spencer. Desde el primer volumen, el autor fue entrelazando los momentos cotidianos y personales de Peter —como su regreso con Mary Jane y su convivencia surrealista con Búmerang— con la amenaza latente y constante de Pariente. Pero, si bien el misterio del villano logró capturar la atención en un principio, la resolución del mismo pareció más un trámite que un clímax esperado, dejando una sensación de agotamiento tanto en el lector como en la propia narrativa. La entrada de Christos Gage para completar el desenlace refleja también una falta de convicción en el cierre de esta ambiciosa saga.
A lo largo de estos tres años, Spencer ha optado por lidiar con muchos de los problemas que arrastraba el personaje desde hace dos décadas. La denostada saga Pecados del Pasado fue reinterpretada hasta casi borrarse de la historia, cierto personaje nunca estuvo realmente vivo desde su regreso, y el auténtico Kraven volvió a descansar en paz. Peter y Mary Jane, por su parte, recuperaron esa chispa que parecía perdida. Sin embargo, las decisiones no siempre fueron perfectas. Aunque muchas situaciones se resolvieron, otras quedaron en el aire, como la cuestión pendiente con Mefisto, cuya trama sigue siendo uno de los puntos más calientes y cuestionables de la historia arácnida.
El legado de Spencer no puede juzgarse solo por su afán de resolver cabos sueltos. Construir una buena historia va más allá de arreglar el pasado; se trata de crear nuevos caminos que atrapen y emocionen. En algunos momentos, lo logró. Nos ha regalado tramas entrañables y momentos de conexión con Peter Parker que recordaremos, pero también ha habido un exceso de introspección y una falta de dirección clara que hizo que algunos lectores se sintieran fatigados. En lugar de enfocarse únicamente en lo que ya se había contado, tal vez necesitábamos ver a Peter enfrentarse a nuevas amenazas con la misma frescura que el personaje demanda.
Al reflexionar sobre este periodo de Spencer, queda claro que la narrativa de Spider-Man sigue siendo, como siempre, un continuo. No se trata solo de una sucesión de historias épicas o dramas intensos, sino de acompañar a Peter Parker a lo largo de diferentes etapas de su vida. Este fue, sin duda, el periodo de Pariente, una etapa marcada por un enemigo que se convirtió en la sombra de Peter, pero también por la constante evolución de su mundo personal y de los personajes que le rodean. Como en los tiempos del traje negro, del Spiderman Superior o del Peter empresario, el enfoque de Spencer logró hacer sentir a Peter un poco más humano, más real, en comparación con otros héroes ficticios.
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