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Biblioteca Marvel #65 - El Asombroso Spiderman #10 Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Lo esencial en un cómic sucede entre las viñetas" Zeina Abirached (Escritora de El Juego de las Golondrinas)
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Biblioteca Marvel #65 - El Asombroso Spiderman #10

“¡Spiderman nunca más!”

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 23/11/2024

Casi sin darnos cuenta, la Biblioteca Marvel dedicada a nuestro amistoso vecino Spiderman llega a su décima entrega, lo que significa que en este volumen alcanzamos la entrega 50 de la numeración americana de The Amazing Spider-Man, y llegamos así a una de las historias preferidas por los lectores, ¡Spiderman nunca más!, en la que asistíamos a la primera gran crisis de nuestro protagonista, que decidía tirar la toalla y no volver a enfundarse las mallas.

Pero vayamos por partes. Este emblemático número supone el final del presente tomo, y antes de llegar a él, tenemos muchas buenas historias para disfrutar. Aunque en los últimos volúmenes hacíamos hincapié en la marcha de Steve Ditko, y en todo lo que supuso para el personaje, lo cierto es que muy poco tiempo después, casi no reparamos en la marcha del artista, y buena parte de la culpa la tiene el buen hacer de John Romita, que en un tiempo récord, lograba hacer suya la serie, con un estilo diferente al del cocreador de Spiderman, pero como demostraría con el paso de los años, igualmente efectivo.

También se nota que la relación entre guionista y dibujante era muy fluida, como demuestra la presentación de nuevos villanos, creación de ambos autores, y como ejemplo, El Conmocionador, que se presenta en las primeras páginas de este décimo tomo, o la presentación de Blackie Drago, que primero llega como una especie de impostor del Buitre, para después convertirse en su aliado, en uno de esos giros de guion marca de la casa con los que Stan Lee nos sorprendía en la década de los sesenta.


Como viene siendo habitual, el apartado de villanos se codea con la siempre turbulenta vida sentimental de Peter, y la tímida llegada de Mary Jane iba ganando enteros en cada número, convertida ya en uno de los secundarios esenciales, aunque por supuesto a Gwen Stacy aún le quedaría mucho por decir. También se cimentaba en estas páginas una de las amistades más estables de Peter, la de Norman Osborn, hasta el punto de que los dos amigos terminan compartiendo piso, aunque eso complicase muchos las cosas para la identidad superheróica de Peter.

Como decía al principio, el tomo se cierra con una de mis historias favoritas, aquella en la que nuestro protagonista, harto de que ejercer de superhéroe le complique su trabajo, sus relaciones y hasta la salud de su tía May, decide colgar las mallas, con esa portada ya mítica, en la que veíamos el traje rojo y azul arrojado en un cubo de basura. Por suerte, todo quedaría en un susto, y la eterna responsabilidad de Peter hacia los ciudadanos de Nueva York, le haría volver a enfundarse el traje, pero la forma en la que Stan Lee ponía a su querido Peter ante una de las decisiones más difíciles de su vida.


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