La Bibliotecaria Nocturna #1 La magia se crea en los libros
Es imposible no caer rendido ante la nueva propuesta de Planeta Cómic dirigida a un público juvenil. Sobre todo cuando conocemos a sus protagonistas, dos hermanos mellizos llamados Page y Turner, cuyos nombres forman un intraducible juego de palabras, que nos da pistas sobre por donde van a ir los tiros. Y es que la propuesta que Christopher Lincoln nos hace como guionista y dibujante de esta novela gráfica destila amor por la palabra impresa en cada una de sus páginas. Durante unos de sus habituales viajes a la biblioteca pública de Nueva York, los hermanos Reed conocerán a la señora Literati, otro genial nombre para uno de los personajes más interesantes, a la que todos conocen como la Bibliotecaria Nocturna, y comenzará para ellas una aventura que las llevará a conocer lo que pasa en la biblioteca cuando cierra al público.
Y es que, según nos explican al poco de comenzar este entrañable relato, la magia se crea en los libros, y el poder de los personajes que habitan los mismos se multiplica cuando se rodean de libros antiguos, por lo que la Biblioteca de Nueva York va a ser una fuente inagotable de poder, en la que comienzan a pasar cosas extrañas. Cuando, aprovechando que se han quedado solos en casa, al cargo de un apático canguro, nuestras protagonistas deciden coger prestada una valiosa primera edición de Drácula de su padre, y llevarla a la biblioteca para que les indiquen que valor podría tener, el libro parece cobrar vida propia y se escabulle de la bolsa en la que lo transportaban, para esconderse.
Comienza así una frenética búsqueda del ejemplar, que podría estar valorado en 50.000 dólares, y por el camino se encontrarán con los protagonistas de famosos libros, y es que pronto sabremos que todos intentan escapar de sus propias historias, hartos de tener que repetirlas una y otra vez hasta la saciedad. Así, Page y Turner conocerán a personajes tan famosos como Alicia, que acaba de salir del País de las Maravillas, a Jack y sus judías mágicas, o a Jim Hawkins, recién llegado de la Isla del Tesoro. Mientras tratan de recuperar el libro perdido, Lincoln aprovecha para llenar su historia de mil referencias a obras de H. G. Wells, Robert Louis Stevenson, o Bram Stoker, como el memorable momento en el que Turner se pregunta si le vendría mejor la ayuda de Renfield, Van Helsing o Mina Harker. Una simpática historia que hará las delicias de los jóvenes y de todos aquellos que alguna vez hayan disfrutado de un buen libro.
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