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La Bicicleta Roja #1 “Repartidor de la felicidad es otro nombre para un cartero”
Planeta Cómic es, desde hace años, una de las editoriales que más apuesta por la publicación del manga en nuestro país. Mucho ha llovido desde que la editorial anunciase la llegada de Dragon Ball a España, y desde entonces, muchos han sido los formatos, las series y las nacionalidades que han ido llegando a las librerías. Toca ahora pararnos a disfrutar de un autor desconocido para mí, que me ha conquistado con este conjunto de pequeñas historias protagonizadas por un simpático cartero que realiza su trabajo en la pequeña ciudad de Yahwari, ayudado en su tarea por una bicicleta roja que da título a la serie.
En este primer volumen se reúnen un total de 74 historias cortas, de unas 4-6 páginas, en las que nuestro protagonista se para a descubrir el paso de las estaciones, la soledad de los ancianos o los agujeros de los calcetines, dejando a su paso pequeñas enseñanzas que cada una de estas tiernas historias encierra. Divididas en pequeños arcos, que contienen varias historias, el autor pone el foco en las relaciones paternos filiales, el trabajo en el campo, la viudedad, la llegada de nuevos medios de comunicación, los recuerdos o la llegada de las primeras nieves.
Con un dibujo muy sencillo pero efectivo, y mediante el directo uso de los colores, Kim Dong-Hwa consigue que en unas pocas páginas sintamos empatía con los personajes que el cartero va conociendo en su ruta diaria, nos alegremos de volver a ver a alguno de ellos en las siguientes historias, o nos toque el corazón cuando le pregunta a una simpática anciana si está mirándose en el espejo para comenzar a maquillarse, y recibir como respuesta que estaba “contándose las arrugas”.
En este primer tomo que ahora nos ofrece Planeta Cómic hay sitio en sus casi 400 páginas para que todos los lectores encuentren una pequeña historia que les conmueva y les emociones. A pesar de los lejos que pueda parecernos Corea, lo cierto es que los temas que aquí descubrimos son universales, y es muy fácil que en los personajes que los protagonizan descubramos rasgos de nuestros vecinos, amigos y familia. Un delicioso volumen, ideal para leer debajo de una manta en una fría tarde de invierno.
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