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Matanza de Torunn Gronbekk #1 ¿Qué diferencia hay entre un loco y un profeta?
He de reconocer que hace bastante tiempo que no sigo las aventuras de Matanza de manera regular. Es bastante fácil encontrarlo en medio de cualquiera de los crossovers arácnidos que nos han llegado en los últimos años, pero si dejamos a un lado Matanza Absoluta, que reconozco sabía darle al personaje una dimensión distinta, hace tiempo que venía esperando la siguiente gran historia de este inclasificable villano. El anuncio de su nuevo equipo creativo, formado por la guionista Torunn Gronbekk y nuestro compatriota Pere Pérez eran los motivos que necesitaba para llevarme a casa el tomo que ahora publica Panini.
Por un lado, tenemos a Gronbekk, que ya me convenció cuando se hizo cargo de escribir las aventuras de Thor o Valquiria, y sobre todo, cuando le tocó sustituir a Ram V como guionista de Veneno. Como lector veterano, hay una cosa que siempre he detestado, y es que, con la excusa de que un equipo creativo se marche de la serie, y llegue uno nuevo, siempre quedan determinadas tramas sin cerrar, y por lo tanto, arruinan la experiencia final de su lectura. En el caso de Veneno, y por suerte también en el de Matanza, la escritora se preocupa de que el lector, sea veterano o recién llegado a las aventuras protagonizadas por los simbiontes, tenga siempre la información necesaria para disfrutar de la lectura.
Teniendo en cuenta que el personaje ha pasado en los últimos años por sagas y etapas como Matanza Absoluta, Matanza Extrema, El Reino de Matanza, resultaría bastante fácil perderse en las consecuencias que este tipo de historias han tenido para la serie, como por ejemplo la relación actual entre Matanza y Cletus Kasady. Lo mismo podemos pensar de Flash Thompson y Antiveneno, a quien también había perdido la pista, algo que se soluciona rápidamente en la serie con una simple splash page.
La otra parte de la ecuación la tenemos con Pere Pérez, un dibujante que encaja a la perfección con todo lo propuesto por la guionista de la serie, y que, a pesar de que su estilo parece demasiado limpio y pulcro para la ocasión, gana enteros precisamente cuando la serie abraza sin complejos su lado más gore y desagradable. Y es que, en este nuevo planteamiento de Matanza, no se ha escatimado a la hora de mezclar la religión con las vísceras, y por eso, el nuevo culto propuesto en las páginas del tomo resulta tan hipnótico como asqueroso, hasta el punto de que la editorial advirtió a las librerías especializadas de que el tono de la serie iba a ser más adulto que de costumbre, evitando así que algún padre despistado traumatizara sin querer a su retoño. Un nuevo y potente comienzo que tendrá su continuación en la serie regular de Veneno, y que no debes perderte si quieres leer algo distinto.
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