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100% Marvel HC - Thanos #5: El Retorno del Titán Loco Comic Digital
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"¿Tú te crees toda esa mierda que estás vomitando?" Ojo de Halcón a Norman Osborn / Vengadores Oscuros #8
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100% Marvel HC - Thanos #5: El Retorno del Titán Loco

Queriendo a la Muerte

Un artículo de Redacción - Introducido el 07/12/2024

El volumen que nos ocupa parece centrarse, a primera vista, en un enfrentamiento colosal entre el Titán Loco y esa élite de superhéroes conocida como los Illuminati. Sin embargo, la columna vertebral del relato no se centra en Thanos ni en sus presuntos adversarios, sino en la oscura existencia de Roberta, una trabajadora gótica de farmacia a quien la vida le pesa con una densidad silenciosa. La atmósfera deja entrever una exploración más íntima: la Muerte, esa presencia eterna y codiciada por Thanos, toma una forma mortal para experimentar el mundo desde el nivel del asfalto, como si el caos cósmico necesitara palpar el polvo del día a día.

Lo que sitúa esta historia en un linaje reconocible es la figura antropomórfica de la Muerte intentando comprender el valor de la vida humana. En este sentido, el cómic bebe de tradiciones como Muerte: El Alto Coste de la Vida o la cinematográfica Conoces a Joe Black, obras que ya propusieron el acercamiento de fuerzas inmutables al frágil espectro mortal. Aquí, sin embargo, la propuesta se retuerce entre gigantes voladores y destrucción masiva: Thanos, dispuesto a demostrar su obsesión enfermiza por la entidad que encarna la Muerte, arranca la ciudad de Fresno de su posición terrestre, elevándola hacia las alturas y convirtiendo a sus habitantes en rehenes de su desquiciada seducción.

Este gesto descomunal reduce a los Illuminati a meros coristas del desastre. Supuestamente guardianes excepcionales, se ven atascados en un rol funcional y secundario, recitando datos, cuantificando daños y anunciando el peligro con un desapego que raya en la rutina. Su intervención, más testimonial que heroica, deja en evidencia la verdadera carencia: la incapacidad del relato para comprometerse con el crecimiento interior de sus protagonistas.


En contrapartida, el cómic ofrece retazos de caracterización que logran brillar entre los escombros. Hulk goza de una entrada medida y enigmática, una presencia que sugiere una furia en estado latente, mientras que Emma Frost se revela como la única figura de los Illuminati capaz de plantar cara a Thanos con la sutileza y la agudeza que el resto del equipo no parece poseer.

El gran punto débil es la incapacidad de la obra para profundizar en la experiencia de Roberta-Muerte. Mientras historias como las de Muerte de Neil Gaiman o la reciente Las Muchas Muertes de Laila Starr han logrado que la personificación de lo inevitable se humanice y confronte su propia naturaleza, aquí esas reflexiones se quedan en la superficie. La insatisfacción existencial de Roberta no hace más que reforzar una lectura plana: la humanidad, atrapada en su absurda cadena de desencantos, no halla lección ni consuelo. Incluso cuando la Muerte se atreve a plantarle cara a Thanos en el Pozo del Infinito, desdiciendo su interés en él, el momento carece del peso que necesitaría para un debate más profundo.

Una obra menor que, sin embargo, ofrece algunos grandes momentos en la salvajemente desquiciada saga de este temible villano.


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