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Batman: Un Caballero Oscuro ECC publica en tomo la miniserie de Black Label
Aunque en los últimos meses los proyectos con el sello Black Label en portada que llegan a nuestras librerías son muchos menos que los acostumbrados, parece que la esencia que DC Comics quiere aportar en este tipo de productos, sigue viva, y con cada nueva serie que aparece, cabe alegrarse de que siga habiendo productos como el que nos ocupa, capaces de dar a los autores las riendas absolutas de un personaje, y dejarle hacer y deshacer sin temer a la continuidad, la censura o la línea que se haya seguido en ese momento en la colección principal, de forma que esa libertad se traduzca en productos casi experimentales en algunas ocasiones.
El tomo que ahora nos trae ECC en una estupenda edición en tapa dura es un claro ejemplo de esos valores. Por un lado, tenemos a Batman, el personaje más importante de la editorial, con permiso de Superman y Wonder Woman, sus compañeros en la trinidad deceita, y por otro tenemos a Jock, un autor con un estilo muy personal y rompedor, que por si fuera poco se estrena aquí como autor completo, haciéndose cargo del guion y hasta del color de la serie. Publicada originalmente como miniserie de tres entregas, con un formato de mayores dimensiones a las del comic book habitual, Batman: Un Caballero Oscuro tiene lo mejor de ambos mundos, aunando a un personaje comercial a un autor con ganas de cambiar de registro, consiguiendo la suma de ambas partes un resultado soberbio.
La premisa de esta nueva miniserie no resulta demasiado complicada, pero sí muy efectiva. EMP, un nuevo villano que ha asolado Gotham con sus poderes de absorción de energía, ha sido detenido y llevado a Arkham, pero se ha decidido su traslado a la prisión de Blackgate. El comisario Gordon es el encargado de supervisar el peligroso traslado, aunque como suele ser habitual, nuestro protagonista vigila desde los tejados que nada salga mal. Por supuesto, algo saldrá mal, dando lugar a que el villano escape, dejando completamente a oscuras la ciudad, y comenzando entonces una persecución por parte de Batman, para devolverle a prisión.
Aunque se trate de un intraducible juego de palabras, que sí resulta efectivo en su título original, la serie bien podía haberse llamado “una noche oscura”, ya que la mayor parte del relato transcurre en una ciudad sin energía, debido a los poderes de EMP, y Jock aprovecha la circunstancia que ha creado para dar lo mejor de sí en el apartado artístico. En lugar de aprovechar la ausencia de fondos en algunas partes del relato para ganar tiempo, el artista utiliza de forma soberbia los colores, y en los casos en que es necesario la ausencia de ellos, para sumergir al lector en medio del caos que provoca la huía del villano, y para dejarnos con la boca abierta con su arte, destacando la doble página que nos muestra a una Gotham a oscuras, sencillamente genial. Una miniserie muy entretenida, que cumple eficazmente con el encargo de salirse del terreno establecido y proporcionar al mismo tiempo una lectura trepidante y repleta de giros.
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