Eclipse: 35 años de independencia.
Entre las efemérides de este 2012 se encuentra el 35 aniversario de Eclipse Comics. Teniendo en cuenta su cierre hace casi dos décadas es posible que muchos ni siquiera sepan de su existencia, pero Eclipse se merece un puesto en la historia del comic al menos por tres razones: introdujo un nuevo modelo en la creación y edición de comics USA, público varios títulos imprescindibles durante los años 80 y abrió los ojos y oídos de algunos (incluido un servidor) haciéndoles caer en la cuenta de que el comic yanqui no se reducía exclusivamente a Marvel y DC.
Fundada en 1977 por los hermanos Dean y Jan Mullaney, Eclipse se hizo notas con Sabre de Don McGregor y Paul Gulacy. El éxito de este álbum en tapa dura y de elevado precio, el primer comic publicitado como Novela Grafica (salió meses antes que Contrato con Dios de Will Eisner), demostró que había un mercado hay fuera que iba más allá de los superhéroes y los niños. La serie regular de Sabre, nuevas novelas gráficas y la revista antológica Eclipse Montly fueron los pilares de esta editorial que pronto supo conquistar a autores de renombre gracias a su política de derechos de autor, su apuesta por otros géneros y una mayor libertad creativa. Baste decir que fue Eclipse quien edito Destroyer Duck, comic cuyos beneficios fueron destinados a Steve Gerber y su batalla legal con Marvel por los derechos de Howard el Pato.
Poco a poco Eclipse empezó a labrarse un hueco y a multiplicar su difusión, sobreviviendo incluso a una catástrofe natural (en 1986 su sede fue barrida por una inundación que destruyó casi todo su stock). A mediados de la década ya se había consolidado, publicando series tan distintas como Rocketeer de Dave Stevens, Zot! de Scott McCloud, Scout de Timothy Truman, Liberty Project de Kurt Busiek (uno de sus primeros trabajos), California Girls de Trina Robbins (autora clásica del comic underground), Airboy de Chuck Dixon (actualización de un viejo comic de la Golden Age) o Miracleman de Alan Moore (y su continuación por Neil Gaiman) entre otros. Incluso llegó, con Total Eclipse, a tener su propio megacrossover editorial escrito por Marv Wolfman, responsable -no es casualidad- de Crisis en Tierras Infinitas.
Pero además de sus series originales, Eclipse dedicó buena parte de su catalogo a otros campos: adaptaciones al comic de novelistas como Clive Barker (Tapping the Vein), Richard Matheson (Soy Leyenda) o J.R.R. Tolkien (El Hobbit); edición –a medias con Viz comics- de algunos de los primeros mangas en occidente (Mai, the Psychic Girl, Kamui, Area 88); nuevas novelas gráficas como La Flauta Mágica de P. Craig Russell o Brought To Light de Moore y Bill Sienkiewicz; reedición de tiras de prensa clásicas como Modesty Blaise o Krazy Kat de George Herriman…
Cuando Eclipse llegó a España en 1990 de la mano de Planeta, la editorial ya se había posicionado como una fuerza a tener en cuenta dentro del comic USA. Pero problemas a la hora de acordar la distribución, seguido de la burbuja de la especulación terminaron por hacer que la compañía cayese en bancarrota y cerrase sus puertas en 1994. Apenas un año después los derechos de su catálogo fueron adquiridos por Todd McFarlane con la idea de publicar nuevas historias de los personajes pero, salvo para provocar un dilatado y famoso litigio sobre Miracleman, no se ha hecho ningún uso de los mismos. Viendo la influencia de su modelo en Dark Horse o las más recientes Avatar Press o IDW así como la calidad del material editado en su momento, sirva este pequeño texto para recordar a una compañía que supo aportar frescura e interés al comic USA más allá del monopolio de las dos grandes.
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