Los nuevos 52: La Liga de la Justicia #2 Johns y Lee siguen sentando las bases de la nueva Liga
Los nuevos 52: La Liga de la Justicia #2 Estados Unidos - 2012 Guionista:Geoff Johns Dibujante:Jim Lee
Editorial:ECC Ediciones -
32 páginas - color
Precio:2,50
Cuando el mundo está en peligro, siempre surgen héroes. En un mundo como el que nos presenta DC, plagado de superhumanos, el peligro es doble. Andan entre nosotros, comen entre nosotros, duermen entre nosotros, trabajan entre nosotros y pelean entre nosotros. Pueden ser los héroes, pero también pueden ser los malos. Y con un poder tan grande como el que ellos poseen, ¿cuál es el detonante que les incita a recorrer uno u otro camino?
Pero lo peor no es eso: ¿qué ocurre cuando la amenaza es desproporcionada? ¿Qué ocurre cuando es algo tan extremadamente poderoso que las palabras se quedan cortas para describirlo? ¿Qué ocurre cuando la amenaza que sobreviene va a derruir lo bueno, lo malo, lo que existió y lo que existirá? Pues que entonces sólo queda una única solución: reunir a los mejores.
Y eso es lo que están procurando aquí Geoff Johns y Jim Lee, mostrarnos el nacimiento del grupo de superhéroes más grande de todos los tiempos: La Liga de la Justicia.
La Liga. Un grupo de superhéroes. Un grupo de desconocidos. Un grupo de caracteres. Un grupo heterogéneo. Un grupo diferente. Un grupo que ahora ni siquiera es grupo. Un grupo que ni siquiera existe.
Batman y Lantern, unidos por las circunstancias, están enfrascados en la búsqueda de Superman para averiguar qué es la caja que han recogido de un alienígena con que se encontraron en el capítulo anterior y que se inmoló en nombre de un tal Darkseid. La respuesta más inteligente que se les ha ocurrido es buscar al único extraterrestre del que tienen conocimiento para ver si le pueden sacar alguna información: Superman. Pero no es fácil, claro. El Hombre de Acero no se deja intimidar fácilmente, y menos si los que vienen en su búsqueda comienzan golpeando. Hasta aquí la historia hasta ahora.
En esta nueva entrega, se nos presenta a un nuevo integrante del grupo, el superhumano conocido como Flash, y la historia de Victor avanzará un poco más.
El primero de los dos tendrá que mediar en la batalla campal que se está produciendo a lo ancho y a lo largo de la ciudad de Metrópolis entre Batman, Lantern y Superman, destrozando todo a su paso y dejando las calles cubiertas de cascotes y escombros.
Un combate que se produce por un encontronazo entre caracteres fuertes y muy diferentes. Hal Jordan no cesa de retar a Clark Kent a un pulso entre dos fuerzas muy poderosas, mientras que Bruce Wayne intenta ser un poco la voz de la razón. Cuando Flash interviene para intentar pararle los pies al kryptoniano, la tónica sigue de la misma manera: golpes y puñetazos aderezados por una “chulería” incontrolada.
Y, ciertamente, para qué nos vamos a engañar, es exagerado. Quizá sea lo que pretendan Johns y Lee en estos primeros números, presentar a una serie de intentos de héroe bastante inmaduros y que se dejan llevar por sus impulsos y testosterona, pero el cómic no deja de ser un concurso a ver quién golpea más rápido y más fuerte.
Por supuesto, con la ciudad de Metrópolis que se derrumba a cada golpe y con el ejército persiguiéndoles de fondo. Cosa que no me extraña, por otra parte, por lo que vemo. Estamos de acuerdo en que lo peligroso es lo que viene de fuera, y que estos que tenemos delante van a ser nuestros queridos, esperados y ansiados superhéroes que nos protegerán no sólo de las invasiones externas, sino que también destaparán la corrupción, pero si yo fuera el alcalde de la Ciudad del Mañana, el presidente de los Estados Unidos o el General del Ejército, actuaría sin ninguna duda como ellos lo hacen en estos momentos.
¿Cómo no iba a hacerlo? Se erigen en favor de las libertades, pero cada vez que aparecen en la calle, resulta que dejan más destrozos de los que causan aquellos a quienes persiguen. Cientos de miles de dólares de los contribuyentes invertidos en reconstruir todos los daños que han causado en su intento por defendernos hacen dudar de su efectividad. ¡Y eso sin contar con que en estos momentos incluso pelean entre ellos! ¿Pero no eran los buenos?
Con estas formas de actuar, a los gobernantes, y más aún sin saber ni siquiera quiénes son ni sus intenciones, no les queda más remedio que actuar como actúan.
El segundo de ellos no ceja en su empeño porque su padre le preste alguna atención, pero su investigación en torno a estos nuevos humanos en los laboratorios STAR le absorbe todo su interés. Veremos a ver cómo evoluciona este asunto. Al final del cómic, la amenaza de la invasión se hace patente y se abren las cajas, que parecen ser puertas interdimensionales, y a su hijo “querido” le da de lleno uno de los rayos que han salido disparados.
Así las cosas, tanto el guion de Geoff Johns como el dibujo de Jim Lee parece que se ha centrado en mostrar la parte más espectacular y “destructiva” de este supergrupo, que hace gala de sus poderes y presume de ellos constantemente y que es objeto de una buena ración de chiestes –por supuesto, los ataques contra el Murciélago y su escasez de poderes sobrenaturales sigue-.
Johns, encargado de mostrar la inmadurez y conducir la historia, reproduce buenos diálogos y entreteje cada vez más la falta de sintonía entre los cuatro que han aparecido de momento, mientras que Lee se supera una vez más con el ritmo trepidante del tebeo, la espectacularidad de sus viñetas y lo arriesgado de algunas composiciones de página.
El cómic que se traen entre manos seguramente sea uno de los más “palomiteros” de los Nuevos 52, al menos de momento, y es posible que esté, en gran medida, destinado a crear nuevos hábitos lectores entre los más jóvenes. La historia aún avanza muy lentamente –el número anterior y este son consecutivos, no pasan más de unos segundos entre uno y otro- y de momento parecen haberse centrado en crear espectáculo más que en otra cosa. No obstante, la mezcla explosiva de caracteres funciona bastante bien.
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