DC comics: de nuevo en la gran pantalla.
Era inevitable. El incontestable éxito de Los Vengadores en los cines de todo el mundo (ya es una de las cintas más taquilleras de la historia) y de su franquicia de títulos interconectados ha sido la gota que ha colmado el vaso para que DC se ponga las pilas y renueve por completo las adaptaciones de sus personajes a la gran pantalla.
Visto con cierta distancia, es extraño que Marvel se haya adelantado a su rival a la hora de crear un equivalente fílmico a su universo superheroico. Por un lado DC tiene una relación más larga y directa con el medio cinematográfico, ya que forma parte de Warner Bros desde hace varias décadas. Y por otro también posee todos los derechos cinematográficos de sus personajes, a diferencia de Marvel que tiene las licencias para cine de varios de sus personajes señeros –Spiderman, los X-Men o los 4 Fantásticos- en manos de terceros. Asimismo, DC puede presumir desde mucho antes de notables versiones cinematográficas como Superman (Richard Donner, 1978) o Batman (Tim Burton, 1989).
Pese a todo lo anterior, la llegada del boom del cine de superhéroes al inicio del milenio le cogió con el paso cambiado. DC/Warner anunció entonces muchos proyectos: Flash, Shazam, Wonder Woman, Supermax (una historia carcelaria con Green Arrow y numerosos villanos de todo el universo DC) o Superman/Batman. Incluso llegó a considerar un ambicioso film sobre la JLA a cargo de George Miller, pero todo quedaba en un montón de guiones descartados. Y cuando el proyecto acababa por salir adelante el resultado era desigual (Superman Returns) o directamente olvidable (Catwoman). Únicamente Batman, rescatado de la sima más profunda del averno (es decir, Batman & Robin) por Christopher Nolan parecía estar a la altura de su verdadero potencial. Con esta excepción, parecía que si el lector de DC quería ver producciones audiovisuales de calidad sobre sus personajes favoritos solo podía acudir a la televisión (Smallville) o al campo de la animación.
Conscientes de que Marvel les estaba ganando por goleada tras el estreno de Iron Man y el anuncio de su franquicia múltiple vengadora, DC renovó por completo su sección cinematográfica y empezó a trazar un plan similar al de Marvel. El primer paso del mismo fue Green Lantern, film que incluía pequeñas pistas que apuntaban a un futuro universo cinematográfico interconectado (como la breve presencia de Amanda Waller en el argumento). Sin embargo, el éxito inicial previsto no acabó siendo el esperado y puso en pausa el plan a gran escala. Ahora, con Christopher Nolan a punto de cerrar su contribución a Batman y Los Vengadores demostrando la viabilidad de un proyecto tan ambicioso, los ejecutivos de Warner han decidido ponerse serios.
Así, la primera parada en el camino será Man of Steel, relanzamiento de Superman a cargo de Zack Snyder al que seguirán la reactivación de viejos proyectos encallados durante años como Flash, Wonder Woman, Shazam, Aquaman, Lobo y el Escuadrón Suicida, una nueva versión de Batman –sin relación con la trilogía de Nolan, que quedaría como una obra cerrada- y una secuela de Green Lantern (aunque se especula que podría tratarse de otro relanzamiento, ignorando la entrega previa protagonizada por Ryan Reynolds). ¿La meta a alcanzar? Una película de la JLA que enlace a todas las anteriores y cuyo guión ya está siendo escrito. ¿Suena demasiado ambicioso? ¿Parece imposible? Quizá. Pero hace cinco años ¿No se decía lo mismo de una película sobre Los Vengadores?
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